Esa expresión máxima del savoir-faire artesanal que sigue siendo el pilar que define la identidad de la Maison desde sus inicios.
Kim Jones eleva esta herencia a un nuevo nivel, fusionando los códigos atemporales de Dior con una perspectiva creativa audaz y contemporánea que desafía las normas.
De esta forma, la icónica chaqueta de doble botonadura se reimagina mediante líneas suaves y fluidas que desafían los límites de la perfección. Cada detalle está pensado al milímetro: desde el logo Dior en un relieve casi subliminal hasta una correa sutil que evoca la icónica chaqueta Bar. Los bolsos, en piel Dior Gravity, toman protagonismo con el motivo oblicuo reinterpretado en proporciones maxi, redefiniendo el lujo con una estética que es a la vez clásica y disruptiva.
La paleta cromática transita entre azules profundos y grises elegantes —homenaje al color fetiche de Monsieur Dior—, hasta llegar al negro absoluto en prendas clave como las Harringtons y pantalones de corte impecable. Un armario que continua definiendo el concepto de atemporalidad, adaptándose a cada temporada y ocasión con una modernidad siempre en evolución.
En manos de Kim Jones, Dior no solo preserva su legado, sino que lo reimagina con un encanto que trasciende generaciones.
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