¿Quién le iba a decir que una criatura con orejas puntiagudas y sonrisa diabólica le llevaría a la cima del éxito?
En un mundo dominado por la Labubumanía, Wang Ning, CEO de Pop Mart, se hace de oro y se corona como el multimillonario más joven de China. Pero la marca, nacida en Pekín en 2010, no siempre fue este titán del juguete. De hecho, comenzó como un minorista más, pero la visión de Ning fue clara desde el primer momento: el futuro estaba en el deseo de lo inesperado, en el modelo blind box, donde nunca sabes qué personaje te va a tocar.
Este formato no solo transformó el mercado: lo gramificó. Con cada caja, se activa una dinámica adictiva que ha conseguido conquistar a varias generaciones con esa mezcla letal de emoción infantil y ansiedad adulta. Coleccionar se ha convertido en una obsesión global. Y en el centro de esta obsesión están los Labubus.
Creada por el artista de culto hongkonés Kasing Lung, esta criatura salvaje y encantadora es verdaderamente magnética. Su atractivo reside en su ambigüedad: feo pero adorable. Y desde que Pop Mart adquirió la licencia en 2019, su ascenso ha sido imparable. En 2024 se duplicaron las ventas y sus ingresos netos se dispararon un 188%. Cifras que hablan por sí solas: la empresa facturó unos 13.000 millones de yuanes (casi 1.800 millones de dólares), y con eso, Wang Ning se posicionó como el nuevo rey del lujo cultural, con una fortuna que supera los 20.000 millones de dólares.
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