La artista londinense, cuya ironía y sensibilidad pop definieron el sonido de mediados de los 2000, ha regresado con West End Girl, un trabajo profundamente introspectivo y emocionalmente expuesto. Publicado el pasado 24 de octubre, el álbum llega siete años después de No Shame (2018) y consolida su evolución como compositora, intérprete y narradora de su propia experiencia.
Descrito por Allen como su obra “más vulnerable” hasta la fecha, West End Girl nació durante un intenso período de diez días tras el fin de su matrimonio con el actor David Harbour, en diciembre de 2024. El resultado son catorce composiciones que exploran el desengaño, la pérdida y la reconstrucción personal desde una mirada honesta, sin artificios, donde la artista vuelve a transformar el dolor en un acto creativo.
A los 40 años, Allen demuestra una madurez artística que trasciende géneros: el álbum transita desde el pop melódico que marcó sus inicios hasta experimentaciones electrónicas sutiles, sostenidas por una producción cuidada y un discurso que equilibra vulnerabilidad y poder. Si Alright, Still (2006) capturó el espíritu desenfadado de una generación, West End Girl actúa como su contrapunto adulto.
El proyecto fue concebido junto a su director musical, Blue May, con la producción ejecutiva de Seb Chew y Kito. La obra visual del álbum, a cargo del artista Nieves González, complementa el universo emocional del disco con una estética sobria y cinematográfica.
West End Girl ha sido recibido como una de las obras más reveladoras de la carrera de Allen, celebrada por su honestidad y su capacidad para resignificar la vulnerabilidad femenina desde la fortaleza. En marzo de 2026, la artista llevará este proyecto al directo con una gira nacional por el Reino Unido. Las entradas estarán disponibles a partir del 7 de noviembre, en lo que promete ser una de las giras más esperadas del año.
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