Nicolas Ghesquière y su equipo tomaron el Palais des Papas de Aviñón con el objetivo de demostrar su fuerza teatral, su visión, y su precisión artesanal.
Fusionando la fuerza arquitectónica de la historia con la narrativa emocional de la moda contemporánea, Louis Vuitton exploró la capacidad de las prendas para vestir, narrar y conmover a todo aquel que las porta -y las ve-. En un despliegue de siluetas impecables, tejidos nobles y experimentales, y encarnaciones de personajes, Ghesquière jugó con volúmenes exagerados, cortes dramáticos y una paleta que alternaba la sobriedad con destellos inesperados de color.
Como si cada pieza hubiese sido diseñada para capturar el claroscuro de una escena teatral, la colección se erige como una profunda conversación donde la historia y la moda se mimetizan con excelencia.
Nadie quiso perderse este especial encuentro celebrado en la Cour d’Honneur del Palais des Papes, ni si quiera Emma Stone, Cate Blanchett, Alicia Vikander, Sophie Turner o Jaden Smith, quienes protagonizaron un front row exclusivo, representando así a la familia LV.
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