El debut de Louise Trotter en Bottega Veneta fue una demostración de que la marca puede mirar al archivo sin quedarse atrapada en él. La diseñadora, conocida por su perfeccionismo silencioso en Joseph, Lacoste y Carven, abordó la maison como un taller. «Me gusta que Bottega sea un taller», dijo en las notas del desfile.
En nueve meses, Trotter se inspiró en el Intrecciato, el tejido emblemático de la casa, y lo usó como motor creativo. La colección Spring/Summer 2026, presentada en Milán, contó con invitados como Julianne Moore, Vicky Krieps, Uma Thurman, Owen Cooper, RM de BTS, Lauren James, King Princess y Zadie Smith.
La propuesta combinó sastrería ligera y disciplinada, prendas de nappa con movimiento incluso en siluetas estructuradas, y vestidos de noche y faldas con caída natural. La lógica del menswear se aplicó al womenswear sin perder feminidad. La paleta se mantuvo principalmente neutral, con toques de color en outerwear.
La artesanía fue protagonista. Como pieza clave, destaca una capa de cuero que requirió 4.000 horas de tejido a mano. En la misma línea, los accesorios reforzaron la filosofía de la marca. El Lauren se estira, el Knot se relaja, el Cabat se convierte en clutch. Mientras que aparecen nuevos íconos, como el Squash, el Framed Tote, el Crafty Basket y un periódico de cuero Intrecciato, junto a tote bags renovadas.
La banda sonora también reflejó la filosofía de Trotter. Steve McQueen unió las versiones de «Wild Is the Wind« de Nina Simone y David Bowie en un dúo que refleja la técnica del Intrecciato.
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