Los rumores suenan cada vez más fuertes: el gigante LVMH podría estar planeando desprenderse de Marc Jacobs. Sí, esa misma marca que durante años ha sido un nombre clave dentro del imperio de Bernard Arnault, pero que, según fuentes citadas por Lauren Sherman en Puck, podría tener los días contados bajo el paraguas del grupo.
Al parecer, Authentic Brands Group (ABG), el conglomerado de Jamie Salter que posee desde Brooks Brothers hasta Billabong, habría presentado una oferta valorada en torno a mil millones de dólares, respaldada por los más de 500 millones de ingresos anuales que genera la firma. En la puja también habrían estado nombres como WHP Global, aunque ABG ya estaría moviendo fichas para fichar a un nuevo CEO y tomar el control creativo y comercial de la marca.
Para ABG, que factura 38 mil millones en ventas minoristas globales, la jugada sería algo así como un power move. Una adquisición real, más allá del modelo de licencias que domina su portfolio, y una forma de reforzar su colaboración con Coty en el terreno de los perfumes.
Tras hacerse con una participación mayoritaria en Guess, Jamie Salter parece estar cambiando las reglas del juego: menos licencias, más propiedad. Y ese cambio podría beneficiarse de la experiencia de socios industriales como G-III Apparel, actual propietario de Donna Karan y antiguo productor de Calvin Klein, para pilotar la parte operativa del negocio.
En ese contexto, el universo Marc Jacobs podría renacer bajo un modelo más ágil y desinhibido, liberado de las estructuras corporativas de LVMH. Esto abriría la puerta a colaboraciones independientes, nuevas narrativas creativas y una expansión comercial más masiva de líneas como Heaven by Marc Jacobs, ya convertida en fenómeno global entre la Gen Z.
¿Por qué LVMH querría deshacerse de Marc Jacobs?
Tras una profunda reestructuración interna, la marca volvió a ser rentable, con unos 600 millones de euros en ventas durante 2023 (según fuentes no oficiales). Su regreso al radar cultural ha sido impulsado por los desfiles virales de Jacobs, su presencia magnética en redes y la energía que Ava Nirui aportó a Heaven, su segunda línea, que rescató la irreverencia de los 2000 para una nueva generación.
Marc Jacobs no solo es uno de los diseñadores más influyentes de su generación; también fue uno de los directores creativos más brillantes que ha tenido Louis Vuitton. Su 40º aniversario en la moda —celebrado con un show viral y un shooting con Pharrell incluido— es prueba de que la relación con Arnault sigue siendo buena.
El problema no parece ser creativo, sino estratégico. La marca ya no es esencial dentro del ecosistema LVMH: no aparece en los informes trimestrales del grupo, y eso, en el lenguaje de Arnault, equivale a invisibilidad. Como ya hizo con Stella McCartney, el grupo estaría en plena fase de “ajuste fino”, priorizando las casas con mayor margen y dejando espacio para una cartera más ligera, centrada en el ultra-lujo europeo.
En un momento en el que la industria atraviesa una contracción global, Arnault podría estar afinando su maquinaria, apostando por un modelo donde las inversiones colaterales —vía L Catterton— sustituyan la propiedad directa de las marcas más pequeñas. Una estrategia fría, pero elegante, muy en línea con el ADN del grupo. ¿Será esta la despedida definitiva de Marc Jacobs del universo LVMH? Si algo nos ha enseñado la moda, es que las rupturas nunca son para siempre.
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