Concluyendo su trilogía de desfiles ‘Italia’, el director creativo Matthieu Blazy continúa celebrando y vinculando el pasado, el presente y el futuro del país a través de la artesanía en movimiento.
En la colección FW23 de Bottega Veneta las técnicas, los adornos, los personajes y las criaturas del pasado viajan a través del tiempo y el espacio para hablar del presente y el futuro. Una cacofonía de influencias animadas e inanimadas que se convierte en una polifonía.
Cada uno ocupa un papel y un lugar, y es parte del proceso: desde los antiguos corredores de bronce de la Antigua Roma hasta la actualidad, pasando por el futurista Boccioni con su obra ‘Unique Forms of Continuity in Space’.
La odisea del elenco continúa y, sin embargo, ahora son arquetipos de personajes en transformación que viajan de lo ordinario a lo extraordinario. Se cuestiona lo que significa ser elegante y cuándo empieza. Desde el ritual matutino de la camisola transparente combinada con calcetines de dormir (el vestido contradice la complejidad de sus materiales mientras que los calcetines se corresponden con unos zapatos de cuero trenzado) hasta las magnates de la industria obsesionadas con la sastrería y enfundadas en camisones estampados o pijama de aparente franela gris (todo está confeccionado en ante).
Se explora también la idea de «cambiarse de ropa» comenzando por su significado del día a día, a través de los primeros diseños, hasta propuestas más fantásticas después y donde una nueva mitología cobra forma. El desfile es un lugar donde existe un placer alegre, emocional y personal de poder vestirse; de ganar confianza en ser aquello que uno quiera a través de las prendas.
La artesanía se reconfigura a través de la innovación al recuperar, recopilar, reinterpretar y reconstruir siluetas históricas. Los personajes de Choris y Flora de la ‘Primavera’ de Botticelli (1482) se conciben según los cánones actuales. Los complicados boradados de seda también se recrean y reinterpretan, presentando un nuevo giro en su metamorfosis.
La colección y el desfile se han concebido como la icónica técnica del Surrealismo Cadaver Exquisito, existiendo múltiples posibilidades. Criaturas quiméricas emergen y se transforman a través del corte y la artesanía de las prendas, componiendo diferentes códigos de volumen y técnicas gracias al jacquard de hilo grueso o el Intreccio convertido en un nuevo tipo de piel, en forma de una cascada de plumas y escamas presente en nuevas elaboraciones de prendas y accesorios de cuero. El flexible cristal de Murano se aplica al asa traslúcida de los bolsos Sardine lucidos por estas nuevas criaturas.
Se trata, sin duda, del final de una parte de Bottega Veneta que da comienzo a una nueva historia, una nueva mitología.
«Me entusiasmó la idea del desfile en Italia. Una procesión, un inusual carnaval, una muchedumbre de personas de cualquier lugar y del todas las partes que, de alguna manera, encajan y caminan en la misma dirección. Quería inspirarme en lo que le hace a la gente reunirse en un lugar sin jerarquización y donde todos están invitados» asegura Blazy.
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