El artista argentino Milo J da un salto decisivo en su carrera con La vida era más corta, su nuevo álbum conceptual. La obra llega acompañada por siete videoclips y ocho visualizers producidos por The Movement, entre España y Argentina. El proyecto marca un antes y un después en la escena urbana, consolidando una fusión entre tradición y contemporaneidad pocas veces vista en la música actual.
Dirigido por los españoles Nacho A. Villar (BRBR) y Teresa Carril, el álbum se transforma en un recorrido visual por la identidad cultural de Santiago del Estero, cuna del folclore argentino. La idea nació de los directores creativos Galope, que imaginaron un proyecto capaz de trasladar la narrativa del disco a esta región, capturando su historia, su gente y su energía.
Desde Madrid, Villar inició una profunda investigación sobre las tradiciones y mitologías del norte argentino. El proceso culminó con un viaje a la provincia, donde descubrió una comunidad fuertemente arraigada a sus costumbres. «El sentido del álbum está en ese traspaso de cultura entre generaciones —explica Villar—, en cómo Milo J recoge la sabiduría de los mayores para traerla al presente».
A su regreso a España, Teresa Carril se incorporó al proyecto. Además de dirigir Bajo de la piel y Luciérnagas, escribió los guiones que dieron forma a la narrativa visual. «Queríamos crear un híbrido entre ficción y documental que acompañara una música tan real y llena de vida como este álbum», cuenta Carril. Su mirada añadió sensibilidad y estructura a las historias, siempre respetando la esencia cultural santiagueña.
El productor ejecutivo Alex Aguerri, desde The Movement Europa, coordinó una producción ambiciosa en un entorno rural. Más de 200 personas locales participaron como actores, técnicos y colaboradores. Casas, campos y pueblos se convirtieron temporalmente en sets de rodaje, creando una obra que combina autenticidad documental y precisión estética.
El universo visual de La vida era más corta
Cada videoclip del álbum funciona como un capítulo dentro del universo de Milo J. En Bajo de la piel, el artista aparece en el Cementerio de Negra Muerta, rodeado de personajes que presentan el imaginario del disco. Lucía reúne a las bailarinas santiagueñas Sofía Unzaga y Milagros Díaz, reinterpretando la leyenda de La Telesita. Niño y Recordé se adentran en las calles y campos de Suncho Corral, retratando la vida cotidiana de jóvenes y trabajadores rurales. En La vida era más corta, la acción revive la mítica Salamanca entre músicos y bailarines locales.Por último, Luciérnagas y Jangadero cierran el viaje con una mirada poética sobre la memoria y el futuro.
El videoclip final, Jangadero, representa el cierre del ciclo. Milo J, tras aprender de los mayores en Bajo de la piel, entrega el legado a los jóvenes. En el último plano, contempla el jangadero en llamas de Mercedes Sosa navegando por el río Dulce de Atamisqui. «Para mi familia, Santiago del Estero tiene un significado especial —explica el artista—. Mi bisabuela materna era de allí y tuvo que emigrar a Buenos Aires con solo doce años. A través de este proyecto sigo escribiendo esa historia«.
El álbum se completa con ocho visualizers —Gil, Ama de mi sol, Solifican12, MmmM, Llora Llora, Cuando el agua hirviendo, El invisible y Radamel— rodados en un solo plano. Estas piezas expanden el universo del disco y refuerzan su carga emocional, permitiendo al espectador sumergirse completamente en su atmósfera visual.
Con La vida era más corta de Milo J , The Movement reafirma su liderazgo en la producción audiovisual contemporánea. El proyecto demuestra que la innovación puede surgir del respeto profundo por lo ancestral.
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