Martine Rose siempre ha estado más interesada en los espacios donde la subcultura florece. Y eso, en esta colaboración con Nike no ha cambiado. Ahora lleva, eso sí, el foco hacia un nuevo terreno de juego, nunca mejor dicho: el Gaming.
En su nueva colección, Nike x Martine Rose Sport, los atletas compiten detrás de una pantalla. Pero el código sigue siendo el mismo. Rose, que habla mucho en su universo de los héroes invisibles de la sociedad, lo entiende así: “Cualquiera puede ser un héroe. En el gaming, la habilidad y la mente importan más que la fuerza física. Es un espacio que celebra lo que fuera de ahí muchas veces se rechaza.”
La campaña pone rostro a esa idea con un casting que es oro puro para cualquier gamer: ANa, tricampeona mundial de Counter-Strike; Billy Mitchell, uno de los primeros campeones de arcade de la historia; Scarlett, leyenda de StarCraft II; SonicFox, siete veces campeón mundial de EVO y referente no binario en el gaming; y TenZ, uno de los mejores jugadores de Valorant del mundo.
Así que si, Burberry tiene sus musas, pero Martine Rose tiene sus gamers. Y lo que hace aquí es elevarlos al mismo nivel de heroicidad que una Serena Williams o un Ronaldo en los 2000. La estética recuerda a los anuncios vintage de Nike: luz granulada, energía noventera y una cierta nostalgia de LAN party.
Entrando a la ropa ya con detalle, la colección es puro Martine Rose: chándales amplios, chaquetas técnicas, siluetas de fútbol reinterpretadas con su habitual ironía. El hoodie y el trackpant vienen en un degradado enzyme wash que recuerda al look único de su SS15 —desgastado, vivido, creíble.
El color rojo atraviesa toda la cápsula como un pulso de energía: referencia directa a la cultura grime y a la primera ola de Shox heads que convirtieron las zapatillas en símbolo de identidad callejera. La reinterpretación del football kit también recupera esa idea del uniforme como espacio de pertenencia, pero ahora traducido a otro tipo de equipo: el digital.
El ski parka y el crossbody bag amplían la nostalgia. Hay algo de los 90 en cada costura: techwear funcional, bolsillos internos, materiales que parecen sacados de un club nocturno o de una fiesta en un garaje de Hackney.
Y, por supuesto, vuelve la Shox MR4 —esa mezcla imposible entre zapato formal y sneaker del futuro— en nuevos colores: blanco y plata (vistos en la pasarela SS26) y rojo total, exclusivo de martine-rose.com.
Lo que Martine Rose plantea con Nike no es una colección sobre videojuegos, sino sobre lo que el deporte significa hoy. El gaming como nueva arena de representación. Nike, que siempre ha vivido del músculo, entiende aquí que no se mueve solo en los estadios. También en los teclados, los torneos online y los espacios donde se redefine la palabra “juego”.
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