Ibiza volvió a demostrar que su ADN cultural sigue latiendo en la vanguardia global. El pasado 2 de agosto, la isla acogió una nueva edición de NIKOLOCOTRÓN, la cita anual ideada por la agencia de comunicación Lexa para celebrar el cumpleaños de su fundador, Alex Nikolov. Lo que nació como un encuentro íntimo entre creadores, hoy se erige como una liturgia contemporánea donde confluyen arte, música, moda y una narrativa queer que se proyecta al mundo.
El encuentro, ya inscrito en el calendario de la escena creativa como uno de los rituales imprescindibles del verano, reunió a una constelación de nombres clave del circuito nacional e internacional, sellando su estatus como plataforma donde el glamour experimental y la autenticidad disidente encuentran su espacio natural.
La jornada inició en Malecón, el rooftop del hotel conceptual Cubanito, un enclave donde el horizonte se tiñó de neones caribeños y la música sirvió de lenguaje común. Dangerous Rose abrió la banda sonora del ocaso con una selección de beats sinuosos y cálidos, preludio del set de Yung Beef, quien sorprendió al público con una aparición que ya pertenece al imaginario viral: su transformación en drag queen, un gesto de liberación estética y desafío a las narrativas de género que rompió cualquier expectativa previa.
La metamorfosis del artista no solo fue una declaración visual —con maquillaje milimétrico, peluca XXL y estilismo escultural—, sino también un statement cultural que subrayó el papel del drag como fuerza creativa transversal, capaz de unir música urbana, arte performático y discurso político en un mismo plano. En redes sociales, los vídeos del momento no tardaron en convertirse en piezas de archivo compartidas, multiplicando el alcance del evento más allá de la isla.
Con el leitmotiv Drag Queen como eje, el NIKOLOCOTRÓN brilló gracias a estilismos que fusionaron lo camp, lo club kid y la alta costura. Entre las figuras que elevaron el código visual de la noche se encontraban Alex Moli, Pol Gago, Oriol Pàmies —fundador de Queer Destinations—, Adrián Camisón, Evan Woods y el propio Alex Nikolov, anfitrión y arquitecto del universo Lexa. La primera parte del evento contó con el apoyo de Estrella Damm, 1800 Tequila y Vicio, que apostaron por este evento donde se impulsaba la diversidad, la música y la cultura queer.
Al caer la noche, la experiencia se trasladó a Amnesia Ibiza, templo clubbing que acogió una nueva edición de XTRA the Party, co-fundada por Chloe Caillet, Ana Sting y el equipo Lexa, en colaboración con Caótica —la propuesta radical de la DJ internacional Toccororo— y Club Stamina, fenómeno londinense fundado por Mina Galán. El line-up fue un viaje sonoro que exploró la potencia trans y la diversidad rítmica: Engalanan, Fukcnormal, Olvido, Dangerous Rose, Mina Galán y Toccororo tejieron un tapiz híbrido que osciló entre ritmos latinos desacelerados, techno vertiginoso y reggaetón mutante.
El NIKOLOCOTRÓN volvió a demostrar que su poder de convocatoria trasciende escenas. Entre los asistentes destacaron figuras como Yasmine Finney, Tyron Dylan, Arón Piper, Miranda Makaroff, Elizabeth Cambage, Alex de la Croix, MSNina, Eva de Haus, Isadora Cruz, Nico Freijo o Jon Kortajarena, todos protagonistas de un photocall espontáneo que combinó lo irónico con lo sublime.
Más allá de la fiesta, esta edición reafirma que Ibiza no es solo hedonismo: es un laboratorio donde se negocia el futuro de la cultura visual, sonora y queer. Y en esa conversación, el NIKOLOCOTRÓN es un capítulo imprescindible en la construcción del archivo contemporáneo.
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