Ottolinger ha sido práctico esta temporada, dando vida a un conjunto de piezas que de alguna manera reflejan el sendero que está tomando la moda actual, donde la funcionalidad está por encima de todo. Y aunque el minimalismo no es algo muy propio de la marca, sí que llega a sintetizar las necesidades de la vida cotidiana.
La vida en Berlín nunca está lejos de la imaginación de las chicas de Ottolinger, y las aventuras del club los fines de semana volvieron a estar en la agenda. Las diseñadoras se basan en su repertorio habitual de las prendas entrecruzadas; esta “deconstrucción” controlada, evoluciona esta temporada con unos peel-aways a base de espuma viscolástica de buceo -looks 36,37 y 38-. Los conjuntos de oficina se renuevan para ambos géneros. En otros lugares, estampados de llamas, perros o gatos se añaden a vestidos, faldas, camisetas de malla e incluso bolsos.
Cuando Cosima y Christa comenzaron con Ottolinger, lo hacían solo con ropa de mujer, sin embargo según han pasado los años y la marca se ha hecho más relevante en el ámbito internacional, las diseñadoras han visto la importancia de tener una alternativa masculina en su discurso. La intención parece la de crear un armario real que sirva a todos, conectado con la funcionalidad y versatilidad que requiere la vida, en este caso, en Berlín, que es lo que imaginan ellas.
A medida que la Semana de la Moda de Berlín -que justo está sucediendo estos días- crece y se plantea como una potencial competidora de las Big Four de la moda, Nueva York, Londres, Milán y París, Ottolinger celebra el lifestyle berlinés casi como si las fotos de la colección fuesen panfletos de reclamo turístico de la capital alemana.
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