Esta temporada, el creativo se deja llevar por ese fenómeno inconfundible que le permite experimentar los sonidos como colores.
La última propuesta de la Maison es una amalgama de influencias que van desde lo preppy hasta lo streetwear, sin perder nunca de vista la estética única y sofisticada que la caracteriza. Y es que Pharrell, como es habitual, ha sabido traducir la música -esa en la que se sumerge constantemente- a un lenguaje de moda. Surge entonces una paleta de colores donde los tonos neutros se entremezclan con los colores vivos, creando una sinfonía que refleja la transición perfecta entre la primavera y el verano.
El resultado es un vestuario entrecortado, lleno de texturas, que juega con la ligereza y la comodidad propia de la temporada. Las siluetas no solo responden a las necesidades del entretiempo, sino que también encarnan el espíritu de este momento concreto del año: relajado, pero con la elegancia subyacente que define el espíritu LV.
Y hablando de grandes casas de moda… Jack McCollough y Lazaro Hernandez son los nuevos directores creativos de LOEWE.
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