En un espacio donde la estética del cambio se respira en cada esquina, Ploom firmó su presencia en el Forbes 30 Under 30 como algo más que una marca: fue un símbolo de afinidad cultural, un hilo conductor entre nuevas voces, códigos emergentes y experiencias que definen a una generación sin molde.
Desde el Real Teatro de Retiro, la jornada fue un recorrido por lo que está marcando el ritmo ahora —y lo que marcará el de mañana—. Jóvenes líderes, creadores, artistas y figuras que no esperan a ser descubiertas porque ya están creando su propia narrativa. Y en ese territorio de independencia creativa, Ploom acompañó como quien conoce el terreno: sin invadir, pero dejando huella.
HIGHXTAR. estuvo ahí para filtrar lo que realmente importa: las voces que resuenan en la calle, la música que vibra en los auriculares de la Gen Z y los proyectos que no siguen fórmulas, sino que las rompen.
La jornada arrancó fuerte con BBTrickz, que tiró de realidad sin filtro. “Lo que no subes no existe”, sentenció la artista, animando a explotar lo que se tiene al alcance. Su discurso fue más que un consejo: una declaración de intenciones sobre cómo el arte se mueve hoy. TikTok como trampolín, honestidad digital y autenticidad sin maquillaje. Su intervención, espontánea y cruda, marcó una de las charlas más fieles al mood digital que define a toda una generación.
En una intervención híbrida entre entrevista y showcase, WALLS reflexionó sobre la industria musical desde dentro. “Más allá de las cifras, lo que mola es que te respeten”. Una idea que Leo Rizzi también compartió en su sesión en el HALL by Atlantic Records: “El éxito es un público fiel, no viralidad pasajera”. Rizzi, íntimo y vulnerable, se mostró como un artista que se debe al mensaje, no al algoritmo.
Uno de los momentos más esperados fue la aparición de Ceciarmy, el influencer enmascarado que puso sobre la mesa la importancia de proteger la intimidad en la era del todo-expuesto. Su historia —pasamontañas, FIFA y mensajes con fondo— conectó con esa nueva sensibilidad que pone límites al hype y da valor a lo auténtico. «La atención no debe estar en mí, sino en el mensaje», dijo.
Valeria Castro emocionó con una visión clara: “El éxito no puede nublar el proceso creativo”. Su charla junto a Noor Ben Yessef fue una oda al respeto por el arte lento, al camino más que al destino. Más tarde, Jimena Amarillo y la artista Carlota Pérez de Castro abrieron el melón de la vulnerabilidad, demostrando que el talento real se construye sin escudos, aunque duela. Más tarde, Jimena se puso a interpretar algunos de sus temas más icónicos.
Y entonces llegó Trueno. Sin artificios, pero con una energía que rompe el patrón, el argentino conectó con el público desde el primer beat. Auténtico, intenso y certero. Una descarga en forma de barras que puso al festival en modo raw. Y para sorpresa de todos, tuvo lugar una serie de secret shows de artistas del calibre de Aleesha, Ergo Pro y III Pekeño, Lorna y Lúa de Santana, que pusieron a todo el público a cantar y a bailar.
Gracias a Ploom pudimos vivir está experiencia de primera mano. es más que un dispositivo de tabaco sin combustión: es una declaración de intenciones. Diseñada con precisión japonesa y pensada para quienes valoran la innovación y la experiencia, la marca redefine el ritual de consumo en clave contemporánea. En eventos como el Forbes 30 Under 30, su presencia es un statement que conecta con una generación que prioriza lo funcional, lo estético y lo real.
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