La digitalización se convierte en el gran tema latente de una era en la que la tecnología y la automatización impulsada por la I.A están transformando el sistema creativo a tiempo real. Dentro de este paradigma, florecen conceptos como el “fashion forecasting” o la previsión de tendencias entre bases de datos que estructuran y/o rentabilizan el negocio de la moda.
Si nos adentramos en el imaginario colectivo de estampados, colores y tipologías de producto en tendencia podemos encontrar todo un sistema complejo detrás, que trasciende la creatividad o el arte de la figura del director creativo, del estilista o del fotógrafo. Uno en el que lo que prevalece es el negocio, y lo efectivo para el capitalismo estructural.
«FASHION FORECASTING»
Si en el pasado las tendencias bajaban del estrado de la pasarela a la calle, ahora el proceso se invierte. El enfoque del modo “top-down”, basado en la realidad empírica de la pasarela, se sustituye por el esquema “bottom-up”, que recoge la información de abajo hacia arriba. El stretstyle, los feeds y la escucha social se convierten entonces en los factores clave de recopilación de información necesaria para determinar qué va a estar de moda en una temporada determinada.
En base al marco temporal de referencia, los diseñadores y buyers predicen que estará de moda en un futuro a corto o largo plazo, para así planificar y materializar las colecciones. Si el foco está centrado en el corto plazo, unos seis y doce meses, se trabaja con microtendencias basadas en estados anímicos, colores o estilos.
En cambio, si el examen aborda una previsión futura (a largo plazo), lo que se analiza es la cambio sociocultural: los estilos de vida, las tendencias demográficas y los impulsos de compra que proyectan las macrotendencias en cuestión.
Las agencias especializadas en previsión de tendencias estudian todos esos factores para recabar una inmensa cantidad de información, que posteriormente vierten en mood boards especializados para las empresas o las marcas.
Otro modo de análisis de tendencia sería el registro de las compras en plataformas de venta, así como en redes sociales que recaban todos esos datos y comportamientos del usuario que hacen posible el análisis inteligente de las tendencias de moda a gran escala. Los comercializadores y los diseñadores comprenden por ende el impacto generado del artículo utilizando I.A, esclareciendo una vez más que más que ser el cliente seguimos siendo el producto.
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