Estas 6 marcas están reescribiendo lo que es llevar joyas en 2025. De Brooklyn a Seúl, de París a Madrid, quédate a conocer de donde vienen las piezas que son tanto arte como accesorio.
1. Martine Ali
Chicago-born, New York-made. Martine Ali es de esas diseñadoras que no solo crean piezas, crean cultura. En un mundo donde casi nunca se ha celebrado a mujeres joyeras racializadas, ella se ha ganado su espacio a pulso: cadenas industriales, wallet chains convertidas en collares y un imaginario sucio y urbano que huele a downtown NYC. Sus piezas no son lineales, igual que su proceso creativo, más cercano al free jazz que al diseño clásico. Kendrick Lamar, Rihanna o Cardi B ya la llevan, pero lo importante es cómo sus joyas traducen la energía cruda de la calle en algo personal y potente.
2. Charlotte Chesnais
Charlotte juega en otra liga: la de la escultura. Sus piezas son curvas puras, líneas que se enroscan en cuello, muñeca o lóbulo como si fueran dibujos en 3D. Viene de Balenciaga con Ghesquière y en 2015 lanzó su marca, hoy referente absoluto. No hace joyas, hace objetos que viven en el cuerpo. Elegantes, futuristas y con esa energía de clásico instantáneo.
3. D’Heygère
Stephanie D’heygere convierte lo cotidiano en joyería surrealista. Un mechero, un boli Bic, un canister que guarda un cigarro o una flor: todo puede transformarse en joya. Es el ready-made hecho collar o pendiente. Su universo respira París, minimalismo irónico y referencias a Duchamp. Premios, colaboraciones con Gentle Monster o Longchamp y un respeto absoluto por el savoir-faire.
4. Steff Eleoff
Lo suyo empezó como terapia y acabó en fenómeno viral. Con background en escultura y arte, Steff Eleoff crea joyas que parecen líquidas, inspiradas en agua, arquitectura y formas orgánicas. Todo hecho a mano por ella en plata, con curvas imposibles y un rollo casi alien. Kylie Jenner, Doja Cat o Halle Bailey ya son fans.
5. ALHAJA
Desde España, ALHAJA CULT STORE defiende el oro como legado. Todo se diseña y produce aquí, con un pie en lo artesanal y otro en la cultura contemporánea. Irene y María entienden la joya como objeto con alma, no como simple adorno. Oro de 18 quilates, piezas que parecen heredadas pero son totalmente actuales.
6. NUMBERING
Seúl no para de exportar moda y NUMBERING es la prueba. Joyas genderless, limpias, estructurales, que mezclan elegancia con atrevimiento. Cada pieza está numerada, como si fuera de archivo, y se siente tanto en el cuerpo como en el mood. No hay temporadas ni tendencias: solo sofisticación coreana con sello propio.
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