Sabrina Carpenter se posiciona en el centro de una tormenta de reacciones por su atrevida exploración de la sexualidad en su música, un camino que han recorrido grandes leyendas del pop como Britney Spears y Christina Aguilera. En una reciente entrevista con TIME, Carpenter no se guarda nada y señala cómo estas icónicas figuras han enfrentado la difamación por su libertad creativa. “Sí, definitivamente entiendo esa lucha”, confiesa la artista.
Pero Sabrina no se queda ahí. Resalta que, aunque sus predecesoras han abierto puertas, todavía hay quienes se sienten amenazados por su expresión. «Siempre habrá esa madre ocasional que tiene opiniones contundentes sobre tu vestuario», dice con un toque de ironía. “A esas personas les diría: no vengas al show y todo estará bien”.
La vestimenta, para Carpenter, no es solo una elección estética, sino una herramienta esencial para su actuación. «Es una pena que se critique lo que llevas puesto. Subirse a un escenario frente a una multitud es aterrador», admite. “Si lo único que te empodera para hacerlo es sentirte cómodo con tu atuendo, entonces eso es lo que importa. La autenticidad es clave”.
Además, la presión de las redes sociales no es ajena a ella. «Me di cuenta de que cuando me siento atacada, soy la única que ve toda esa negatividad. Mis amigos no lo notan», revela, reflejando la soledad que puede acompañar a la fama. La artista sabe que cada crítica puede ser un arma de doble filo.
El mes pasado Carpenter dejó a todos boquiabiertos al aludir a las especulaciones sobre su implicación en la acusación contra el alcalde de Nueva York, Eric Adams, tras el lanzamiento de su provocativo video «Feather». “Diba, ¿y ahora qué?” soltó en su electrizante actuación en el Madison Square Garden. “¿Deberíamos hablar de cómo logré que acusaran al alcalde, o…?”.
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