Hay veranos… y luego está ese verano. El que no se olvida. El que huele a sal, a piel quemada por el sol y a ropa mojada secándose al ritmo de un reguetón bajo. El que pasa entre cuerpos brillantes y miradas cruzadas, sin horarios ni excusas. Ese mood exacto es el que Dsquared2 ha embotellado (o mejor dicho, cosido) en su nueva cápsula: Summer Lovers.
Las siluetas abrazan el cuerpo como una segunda piel. Los bikinis son lo justo y necesario: triángulos estratégicos, tiras ajustables y prints que gritan “mírame”. Los bañadores y shorts vienen con ese fit relajado pero milimétricamente estudiado, como si te los hubieras puesto sin pensar… pero supieras exactamente el efecto que provocan.
El color es protagonista: fucsias, naranjas, verdes que parecen salidos de una película de culto rodada en la costa amalfitana en los 2000s. Nada es tímido. Todo es extra. Y es ahí donde brilla la visión de Dean y Dan Caten: convertir el beachwear en una extensión del ego, un espejo del placer y una forma de vestir el deseo sin filtros.
Pero más allá de la estética, hay intención. La cápsula no solo busca verte sexy en la orilla: está diseñada para resistir fiestas en barcos, bailes en chiringuitos hasta las 4 a. m. y siestas a media tarde bajo la sombra de una palmera. La calidad está en los tejidos, en los acabados y en esa costura invisible que une el lujo con la libertad.
Summer Lovers es para los que se enamoran en tres días, para los que llegan tarde al brunch porque se quedaron viendo el amanecer en una cala secreta, para los que viven el verano como una película indie rodada en 16 mm y con banda sonora de house y sudor.
Ya puedes hacerte con la colección en dsquared2.com.
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