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Sydney Sweeney: «Hice un anuncio de American Eagle y se volvió político»

En entrevista con GQ, Sydney Sweeney califica de «surrealista» la polémica por su campaña de American Eagle.

Getty Images
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Pocas cosas se vuelven virales tan rápido como una polémica que mezcla moda, imagen y política. Sydney Sweeney lo vivió en carne propia con su campaña para American Eagle, un proyecto que, según ella misma, «se salió completamente de proporción».

En julio, la marca estadounidense presentó una nueva campaña protagonizada por la actriz de Euphoria bajo el lema «Sydney Sweeney has great jeans«. Un simple juego de palabras entre jeans y genes bastó para convertir un spot de denim en un debate nacional.

De un anuncio de vaqueros a tema político

La pieza mostraba a Sweeney en clave casual, hablando de herencia y estilo mientras lucía los nuevos modelos de la marca. Pero las redes lo convirtieron en otra cosa. Muchos usuarios interpretaron el doble sentido como una insinuación sobre la «superioridad genética», una lectura que la marca desmintió rotundamente.

La situación escaló hasta lo improbable, Donald Trump y J.D. Vance, vicepresidente de EE. UU., comentaron públicamente el anuncio. Trump incluso lo calificó como «el más candente de todos los tiempos».

«Fue surrealista»

En conversación con GQ, Sweeney confesó que toda la reacción fue una sorpresa. «Hice un anuncio de vaqueros. La reacción sí fue una sorpresa. Pero me encantan los jeans, los uso todos los días de mi vida«, explicó.

Por otro lado, también reconoció que apenas siguió el revuelo mediático: «Estaba rodando Euphoria con jornadas de 16 horas. No llevo el móvil al set, trabajo y luego me voy a dormir. Apenas vi nada

https://twitter.com/GQMagazine/status/1985723804291944475

Entre el ruido y los números

Mientras las redes discutían el significado del slogan, American Eagle veía cómo sus acciones subían más de un 30 %. Pese a rumores de caídas en ventas y visitas, Sweeney aclaró que esos titulares «no eran ciertos». «Sabía lo que había detrás del anuncio: unos buenos vaqueros. No me afectó ni para bien ni para mal.»

Lo que empezó como una colaboración denim terminó convertida en un espejo de cómo la conversación digital puede desbordar cualquier campaña. Para Sweeney, fue un recordatorio de lo fácil que es perder el control del relato. «Cuando haya algo sobre lo que realmente quiera hablar, la gente me escuchará,» zanjó.

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