2023 nos ha dejado una revolución de hashtags y trends que, además, nos han obligado a aprender un poco más de inglés: Skin flooding, face slapping, slugging… y cuando conseguíamos que nuestra piel asimilara una de estas propuestas, venía otra que, normalmente, no casaba del todo con la anterior. Hemos probado muchas propuestas beauty que se pusieron de moda este año pasado y ya las hemos abandonado. ¿Por pereza? ¿por impaciencia? Analizamos las cuatro más destacadas que, afortunadamente, han quedado en nuestro pasado cosmético.
Face flooding o cómo hemos inundado nuestras pieles
Este verano apareció en TikTok e Instagram una nueva tendencia. ¿Su nombre? Skin Flooding, del término sajón ‘flood’, que significa inundar. En sentido literal, esa trend defendía que la clave para una piel cristalina estaba en llenarla de humedad. En ella, debíamos seguir pasos como la tonificación repetida para llenar la piel de agua, la aplicación de serums de ácido hialurónico y el sellar con una crema hidratante que nos aporte confort todo el día. Lo primero de todo, “es que esta tendencia no es nueva. Es la rutina estándar de cualquier piel que requiera un extra de hidratación, siguiendo los pasos habituales de limpieza, tonificación, producto específico humectante y terminamos con una crema hidratante”, comenta Daniel Jiménez, cosmetólogo y director técnico de Skin Generics y CEO de BeLab Services.
“Esta tendencia defiende la aplicación de los productos sin esperar a que el anterior se absorba. Esto, por ejemplo, con la crema hidratante, puede hacer que ésta pierda su naturaleza al mezclarse con el producto anterior y no llegue a cumplir su función de retener la humedad en la piel. Es decir, justamente, podemos conseguir el efecto contrario a esa inundación y hacer que perdamos más agua de la deseada. También pueden formarse los famosos “macarrones” o, simplemente, aparecer una reacción no deseada ya que la seguridad de los productos no ha sido evaluada en su conjunto”. Dicho esto, sí recomienda que todos incluyamos en nuestra rutina “un producto con humectantes como el ácido hialurónico, un activo que aporta hidratación a lo largo del día y que valdrá para cualquier tipo de piel”, comenta.
Slugging: todo lo que no te cuentan
Otra tendencia que nos ha copado el 2023 es el slugging, una propuesta coreana que va ligada, de nuevo, a la hidratación de la piel o, más bien, a cómo no perder esa hidratación. El slugging propone aplicar productos ultra hidratantes y terminar la rutina con un bálsamo que cubra la piel y que dejaremos aplicado sobre ella. “Lo más visual de esta tendencia es que aboga por aplicar un oclusivo final como la vaselina. El problema que tienen estos productos es que impiden la transpiración, por lo que es mejor evitar ingredientes como las parafinas, muy común en este tipo de formulaciones. Es mejor apostar por emolientes que no taponen el poro, como el escualeno, los ácidos grasos (Omegas), la vitamina F o las ceramidas, por ejemplo. Reforzarán la barrera de la piel, pero permitirán una transpiración completa”, añade Daniel Jiménez.
Face Slapping
Face Slapping propone darse tortas para activar la circulación para promover la creación de nuevo colágeno y elastina. “Es una tendencia que viene de Asia y debemos tener cuidado con estas propuestas, porque las pieles asiáticas son más gruesas y resistentes que las caucásicas. Es cierto que determinados traumas, como los provocados por los tratamientos con micro agujas, pueden promover la regeneración de la piel, pero el slapping hará una acción muy en superficie y, además, sin evidencia de que ayude a promover la síntesis de colágeno y elastina. Es más, los impactos suelen ocasionar daños en la piel que no la benefician y pueden llegar incluso a sensibilizarla a largo plazo”. Si lo que queremos es que nuestra piel genere más colágeno y elastina, lo mejor es acudir a productos ricos en activos con esta función, como el retinol o la vitamina C.
Mezclar todos los productos
Llamémosle cosmetic mixing, whisking o como queramos. En resumen, se trata de combinar varios productos y aplicarlos en un mismo paso, fusionando, por ejemplo, un sérum y una crema. “Esto es un error porque atenta contra la farmacocinética, o como los diferentes ingredientes y activos penetran en la piel. Es la ciencia que explica que un activo aplicado en la piel de una forma actúa de una manera, y aplicado de otra forma, hace otro efecto. Por eso, los sérums y las cremas no tienen ni los mismos encapsulamientos, ni las mismas cargas de activos, ni las mismas texturas. Cada producto debe aplicarse en su momento concreto y una vez absorbidos los anteriores”. Es por ello que existe el orden establecido también para aplicar los productos, que normalmente empieza con la limpieza, la tonificación, los serums y la crema hidratante.
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