¿Tiene la moda un fetiche con el acolchado?

A lo largo de las dos últimas temporadas, hemos podido ver cómo la moda está inflando toda una constelación de objetos que representan fusiones estéticas de modernismo y sofisticación. Pero si ha habido alguna firma que haya suscitado devoción al respecto, esa ha sido Prada, viralizando todo un universo esponjoso y acolchado. 

El arte de la exageración y de la fantasía confluyen como una vía evasiva en tiempos de recesión y tristeza colectiva. Un concepto intrínsecamente vinculante entre la moda y la cultura que las marcas de lujo parecen haber canalizado (y materializado) en sus nuevas propuestas, hinchando desde sus chaquetas hasta sus accesorios icónicos, como en el caso de Prada.

THE PUFFY TREATMENT

Los megaacolchados se convierten ahora en la máxima expresión de los puffers asiduos, como piezas más voluminosas y prominentes, como pudimos ver en la versión de KidSuper del abrigo malva de Louis Vuitton Men’s FW23. Por no hablar de la bomber acolchada de 7.000 euros de Loewe, situada en el puesto 7 de la lista de productos más vendidos del cuarto trimestre de Lyst.

Pero el tema en cuestión trasciende la esfera del outerwear, en general, y de las chaquetas en particular. Y es que, los accesorios también están inflándose e incrementando sus proporciones, sobre todo por obra de Prada; la marca de lujo que ha acolchado una amplia gama de piezas de archivo como sus bolsos Moon de re-nylon o sus icónicos mocasines Monolith.

Esa obsesión por la inflación ha sido un sentimiento compartido por parte de Coach, que representó en su bolso acolchado Pillow Tabby presentado en la temporada FW21. En este sentido, Maison Margiela ya precedió esta tendencia hace un tiempo atrás con su Glam Slam diseñado por John Galliano, que desde que debutase en la temporada SS18 no ha cesado de incrementar su codicia. Hussein Chalayan o Issey Miyake experimentaron de igual forma con las prendas hinchables que esculpieron a través del movimiento de los renegades of fashion.

Recientemente, Jeremy Scott llevó asimismo el acolchado a una nueva dimensión a través la colección de Moschino SS23, en la que infló desde minicorazones, hasta cuellos, lazos o chaquetas. Una técnica con la que quiso precisamente abrir un extenso diálogo acerca de la inflación, incorporándola en su propuesta como una especie de reflejo de nuestro tiempo. Porque la moda es también un espejo de lo que sucede a nuestro alrededor.