El sábado, alrededor de 170 millones de estadounidenses se vieron obligados a decirle adiós (al menos temporalmente) a su aplicación favorita: TikTok. La red social de vídeos, propiedad de la gigante china ByteDance, se apagó de golpe, horas antes de que entrara en vigor la polémica Ley de Protección de los Estadounidenses frente a Aplicaciones Controladas por Adversarios Extranjeros, que busca forzar la salida de TikTok de EE. UU. si no se desvincula completamente de su dueño chino. En cuestión de horas, TikTok pasó de ser la app más usada en el país a una pesadilla digital, con un mensaje desesperado en pantalla y una promesa de que Donald Trump podría salvarla. Y, como no podía ser de otra forma, el ex presidente intervino: 13 horas después, la app volvió a funcionar.
El sábado comenzó como cualquier otro día para los usuarios de TikTok. Bailes virales, memes de todo tipo y, claro, la desinformación descontrolada que la app ya tiene casi como sello distintivo. Sin embargo, todo cambió alrededor de las 9 de la noche. Los usuarios empezaron a ver el temido mensaje de advertencia: “Lamentamos informar que una ley en EE. UU. bloqueará TikTok a partir del 19 de enero”, aseguraba la notificación, explicando que la app se vería obligada a suspender sus servicios “temporalmente”. Como si no fuera suficiente, un par de horas después, la app pasó a un modo ‘off’ completo, dejando a los usuarios con el mensaje: “Lo sentimos, TikTok no está disponible temporalmente”.
¿Y la sorpresa? Un pequeño resquicio de esperanza: “Es una suerte que el presidente Trump haya señalado que trabajará con nosotros para reinstaurar TikTok una vez que tome la presidencia”. Las tiendas de aplicaciones de Apple y Google retiraron TikTok, y con ellas, también se apagó Lemon8, la otra plataforma propiedad de ByteDance. Los creadores de contenido estadounidenses vieron cómo sus vídeos quedaban inaccesibles, incluso para usuarios fuera del país. Pero el apagón no fue total: algunos usuarios internacionales seguían pudiendo ver vídeos en territorio estadounidense si usaban números registrados en otros países. Mientras tanto, TikTok mantenía abierta una página web para descargar los datos personales de los usuarios, lo que generó más dudas que certezas.
Pero aquí es cuando entra en escena Donald Trump, quien, como si fuera una película de acción, apareció en su red social, Truth Social, para marcar la diferencia. “¡Pido a las empresas que no dejen que TikTok se quede a oscuras! Emitiré una orden ejecutiva el lunes para ampliar el periodo de tiempo antes de que las prohibiciones de la ley entren en vigor”, escribió, desafiando la ley y asegurando que las empresas que ayudaran a mantener la app viva no serían penalizadas. Y no solo eso: Trump propuso una solución más que llamativa, sugeriendo una joint venture en la que EE. UU. tomaría al menos el 50% de participación. “Sin nuestra aprobación, no hay TikTok. Con ella, puede valer billones”, aseguró.
TikTok, por supuesto, no tardó en reaccionar, anunciando la reactivación paulatina del servicio. “Estamos trabajando para restablecer nuestro servicio en EE. UU. gracias a las garantías del presidente Trump”, dijeron desde la compañía, destacando su postura a favor de la Primera Enmienda y contra la censura, al mismo tiempo que subrayaron su voluntad de llegar a una solución a largo plazo con el presidente electo.
La ley que amenaza con eliminar TikTok de EE. UU. está diseñada para que las empresas estadounidenses dejen de distribuir, actualizar y mantener la app a menos que ByteDance se desprenda de su control. Pero la jugada de Trump podría complicar las cosas aún más: mientras el gobierno de Biden se ha desentendido de la aplicación de la ley, Trump promete extender el plazo para que las compañías puedan seguir operando sin miedo a multas, algo que hasta podría jugar a su favor para asegurarse que un socio estadounidense esté en el juego. Incluso se ha hablado de Elon Musk como candidato.
El Congreso, por su parte, ya había aprobado la ley ante el temor de que TikTok fuera una herramienta de espionaje para China, recopilando datos confidenciales de millones de usuarios y sirviendo como un canal de propaganda. El Departamento de Justicia de EE. UU., defendiendo la constitucionalidad de la ley ante el Tribunal Supremo, aseguró que TikTok era una “arma” potencial de desinformación y que su control por parte de Beijing representaba una “grave amenaza” a la seguridad nacional.
Lo que parecía ser el fin de TikTok en EE. UU. podría no ser más que una pausa dramática. Y en esta película de giros inesperados, lo único que sabemos con certeza es que TikTok sigue luchando por su supervivencia, mientras la política y la geopolítica juegan a ser los verdaderos protagonistas. ¿Es este el último acto de una saga llena de intriga, o veremos una vuelta triunfal de la app más influyente del planeta? Solo el tiempo dirá.
La fecha límite marca un punto crítico para la plataforma en uno de sus mercados más importantes.
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