Nos pasa a todos: el invierno llega y nuestra piel empieza a dar señales de alerta. Seca, irritada, opaca… y la sensación de que no está dando lo mejor de sí. Pero, como todo en la vida, nuestra dermis también necesita ajustes cuando el clima cambia. La clave está en adaptar la rutina de skincare a las necesidades de la temporada. ¿Qué hay que sumar y qué eliminar para lograr esa piel perfecta durante todo el invierno? Aquí te lo contamos con la ayuda de expertos.
Lo que deberías evitar
El primer paso para adaptar tu rutina a las bajas temperaturas es suavizarla. A medida que el frío y la calefacción interior comienzan a resecar nuestra piel, hay ciertos productos que deberíamos disminuir o incluso eliminar. Según la dermatóloga certificada, Dr. Pooja Rambhia, hay que reducir la frecuencia de los ácidos exfoliantes (como el glicólico, el salicílico y el láctico) y los retinoides. Estos ingredientes pueden despojar a la piel de sus aceites naturales, dejándola más vulnerable a la sequedad y la irritación.
Por su parte, Eric Nietzel, RN y enfermero estético, aconseja evitar tónicos y productos con alcohol y fragancias sintéticas. “Estos pueden agravar la resequedad y la irritación cuando la piel ya está luchando por retener la humedad”. El frío también hace que nuestra piel se vuelva más sensible. La cirujana estética facial, Dr. Renata Khelemsky, recomienda reducir al mínimo los exfoliantes físicos, aquellos que tienen partículas abrasivas similares a la microdermoabrasión. Usarlos sobre una piel ya reseca o agrietada puede ser contraproducente.
Lo que deberías incorporar
Si tu rutina no incluye un limpiador suave, es momento de añadirlo. Según Dr. Julius Few, cirujano plástico, un limpiador suave ayuda a eliminar las células muertas sin agredir la piel, facilitando la penetración de la humedad y asegurando una hidratación profunda.
Las cremas hidratantes más densas también son esenciales. Dr. Khelemsky recomienda usar cremas más concentradas, especialmente para sellar los beneficios de los sueros. Estos productos restauran la barrera cutánea y mantienen la piel hidratada durante más tiempo.
Otro aliado infaltable es el suero de ácido hialurónico. Este potente humectante atrae y retiene el agua en la piel, dejándola más rellena y suave. Para aprovecharlo al máximo, aplícalo antes de tu crema hidratante, como sugiere Dr. Khelemsky.
Si aún no lo has probado, el aceite de escualano es un must. Suave y no comedogénico, este aceite actúa como una capa protectora, sellando la humedad y manteniendo la piel tersa y suave. Ideal para reforzar la hidratación en climas secos.
El retinol es otro producto clave para mantener la piel sana y equilibrada durante los meses fríos. Eso sí, como advierte Dr. Pooja Rambhia, no es necesario usarlo a diario: mejor opta por aplicarlo cada dos noches para evitar sobrecargar la piel.
Y, por último, no olvides incorporar un humidificador en tu espacio. Como explica Dr. Khelemsky, el aire seco de la calefacción puede deshidratar la piel, pero un humidificador puede ayudar a mantener la humedad en el ambiente, favoreciendo una piel más hidratada.
Errores que deberías evitar
Hay ciertos hábitos que, incluso en invierno, no deben faltar en tu rutina. Eric Nietzel recalca que nunca debes dejar de usar protector solar. Aunque las temperaturas bajen, los rayos UV siguen ahí, y proteger tu piel del sol es crucial durante todo el año. Por otro lado, no caigas en la tentación de depender exclusivamente de los aceites. Dr. Khelemsky advierte que, aunque los aceites sellan la humedad, no hidratan por sí mismos. Las cremas hidratantes contienen ingredientes que atraen agua (como el ácido hialurónico) y emolientes (como ceramidas y escualano) que nutren y suavizan la piel de manera efectiva.
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