Un tema de Ana Franco.
En 2023 asistimos a una eclosión de aniversarios relojeros con números redondos. Hubo casi más cumpleaños que días en el calendario. Seiko se dedicó a festejar los 110 años desde que produjo el primer reloj de pulsera de Japón, el Laurel. Blancpain realizó un despliegue de varias versiones del Fifty Fathoms, el famoso modelo de buceo que alumbró hace 70 años, en 1953 (el mismo año en que Rolex desveló su Submariner). Mientras, el Carrera de TAG Heuer soplaba 60 velas, el Royal Oak Offshore de Audemars Piguet 30, la marca Alpina 140, Frederique Constant 35 y Jaeger-LeCoultre 190.
Con tal avalancha, la de 2024 se queda corta. Pero ya tenemos preparado el champán para brindar, por ejemplo, por el 140 aniversario de la suiza Breitling, que seguro que lanza algún modelo conmemorativo en los próximos meses. Porque la cifra es muy reseñable y la compañía detenta una de las historias más ricas de la industria. Fundada por Léon Breitling en 1884, fue a comienzos del siglo XX cuando empezó a ser conocida por sus cronógrafos, que incorporaban innovaciones como el segundo pulsador independiente, tan común hoy. Alcanzó el estatus de célebre con sus relojes profesionales de aviación, grandes, muy técnicos y precisos. Tanto, que fue la primera relojera en obtener el certificado Cosc (Control Oficial Suizo de Cronómetros) para toda su producción en 1999.
Breitling competirá por captar la atención de los aficionados con Casio, pues en 2024 se cumplen 50 años desde que la japonesa presentó su primer reloj de pulsera (hasta entonces, fabricada, sobre todo, calculadoras). Era el Casiotron QW02 con pantalla digital, que contribuyó a poner en jaque a la industria relojera suiza en la llamada crisis del cuarzo. Así que este año tendremos seguramente una iteración de estética similar pero con mayores prestaciones del modelo.
En Omega, tras un 2023 tranquilo, preparan ya varios eventos. Por supuesto, están los Juegos Olímpicos de París, en los que la firma del grupo Swatch ejercerá como cronometradora oficial, y aprovechará para mostrar algunas ediciones especiales. Quizás haga lo mismo si se anuncia la identidad del próximo James Bond, que suele lucir un Seamaster de la marca. Pero, sobre todo (y aquí llega el aniversario), se cumplen 55 desde que el hombre pisó la Luna, una misión en la que el astronauta Edwin ‘Buzz’ Aldrin viajó con un Omega Speedmaster Professional. Y podría ser la excusa para un nuevo Moonwatch.
En 2024, Seiko, que es muy de conmemorar, celebrará el centenario del primer reloj de pulsera con la marca Seiko en la esfera, y con este motivo ha sacado una edición limitada de acero inspirada en aquel modelo original. Con un sabor retro y solo 35 mm de diámetro, se suma a la colección Presage, y ofrece una esfera de esmalte y un movimiento con una reserva de marcha de 72 horas que cuenta con una subesfera de 24 horas a las 6h. Limitada a mil ejemplares, tiene un precio de 2.200€.
Habrá que seguir de cerca también el 70 aniversario de la colección Conquest de Longines, la primera de la firma que tuvo un nombre propio, y el cuarto de siglo desde que Tissot es cronometrador oficial de MotoGP. Por supuesto, lanzarán un reloj de edición especial que lo conmemore. Por brindar que no quede.
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