La silueta MUZM X-Metal Juliet renace bajo el nuevo Chief Visionary de la marca.
En un momento en el que la nostalgia Y2K convive con la obsesión contemporánea por la ingeniería extrema, Oakley trae de vuelta una de sus piezas más radicales. Un renacimiento curado -literalmente seleccionado a mano- por el mismísimo Travis, quien la escoge como su primer paso desde su llegada al equipo.
Consideradas durante décadas como un símbolo de experimentación estética y técnica, las Juliet vuelven bajo el paraguas MUZM, la línea destinada a rescatar y reinterpretar los artefactos más disruptivos del archivo de Oakley. Y lo hacen a lo grande: en un lanzamiento hiperlimitado, disponible únicamente en la tienda de Shibuya.
Pero para comprender la magnitud de este comeback, es necesario remontarse al momento en el que estas gafas fueron forjadas. Su armazón está compuesto por 25 piezas de X-metal, una aleación de titanio líquida moldeada bajo condiciones extremas, que da como resultado una estructura orgánica, casi biomecánica, capaz de adaptarse al cráneo con una precisión milimetrada.
A todo ello se suman detalles que, a día de hoy, siguen considerándose futuristas: varillas con amortiguadores, una montura ajustable, soportes nasales intercambiables y lentes Prizm Polar de Plutonite que mantienen la nitidez geométrica de XYZ Optics.
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