El 31 de julio, un visitante del Museo Antonio Canova en Possagno en Italia, dañó una escultura de mármol del siglo XIX del escultor neoclásico italiano Antonio Canova, mientras se hacía una selfie con la obra de arte
Según la institución, el visitante austriaco se sentó sobre la escultura, llamada Paulina Bonaparte como Venus Victrix, rompiéndole los dedos del pie al tomarse un selfie. Al darse cuenta, se fue rápidamente del museo sin avisar al personal de lo sucedido.
Horas más tarde, un guardia vio los dedos rotos y revisó las imágenes de vigilancia, en las que se confirmó el incidente. «Reiteramos que nuestro patrimonio debe ser protegido. Y adoptar un comportamiento responsable dentro del Museo, respetando las obras y los bienes que en él se conservan. No sólo es un deber cívico, sino una muestra de respeto por lo que atestigua nuestra historia y cultura, y que debe transmitirse con orgullo a las generaciones futuras», escribió el museo en Facebook.
Vittorio Sgarbi (@vittoriosgarbi), político italiano y presidente de la Fundación Antonio Canova, llamó a la policía italiana para encontrar al responsable de esta «estupidez sin precedentes» y ponerlo bajo custodia, «no permitiendo que quede impune y vuelva a su patria».
La nueva legislación propuesta en Italia aumentaría la pena máxima por actos de vandalismo contra el arte a ocho años de prisión. Además de una multa de 100.000 euros, claro.
¡Buena suerte al turista! Porque la va a necesitar.
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