La joven adquirió la pieza de arte en una tienda de segunda mano en New Hampshire y años después descubrió su valor real.

Una mujer estaba en una tienda de segunda mano en Manchester, Nueva Hampshire, cuando encontró una pintura que la enamoró y la compro por sólo 4 dólares. Años más tarde le revelaron que podría subastarse hasta por 250 mil dólares.

Su adquisición resultó ser una pieza original del artista Newell Convers Wyeth, miembro de un reconocido linaje de pintores estadunidenses, que a pesar del tiempo estaba en condiciones óptimas para su venta, informó el medio especializado News Art.

La mujer compró la pintura Ramona, inspirada en la novela homónima de Helen Hunt Jackson, en 2017. Durante varios años la exhibió en la sala de su hogar hasta que decidió guardarla en el ropero tras no encontrar información sobre ella.

La pieza de arte fue redescubierta por su dueña después de una limpieza de armario y decidió compartir imágenes de la misma en Facebook, y la casualidad la llevó a ojos de un encargado del Museo de Arte Brandywine River.

Lauren Lewis, funcionario del museo, condujo desde Pensilvania hasta Portsmouth para ver la pintura en persona y quedó encantado con lo que encontró: la firma de Newell Wyeth estaba en la esquina superior izquierda del cuadro, pintado en 1939.

¿Por qué la obra es tan valiosa?

La reputación del autor le otorga un valor especial a su trabajo para los coleccionistas, porque su apellido es clave dentro de la historia del arte estadounidense. Se cree que la pintura fue un regalo de la editorial que publicó la novela Ramona al propio artista, o una persona implicada en el libro. Se desconoce cómo llegó a una tienda de segunda mano.

Según la casa de subastas Sotheby’s, las piezas de NC Wyeth pueden venderse por cientos de miles de dólares, por ejemplo: Indian love call vale 1 millón 200 mil dólares; mientras Portait of a Farmer cuesta 3 millones 500 mil. Se espera que la pieza que compró la mujer por 4 dólares se subaste en septiembre por 150 mil y 250 mil dólares.

Así serían los perfiles de protagonistas de pinturas clásicas si tuvieran Tinder.