Los cuerpos se fusionan y se dejan entrever a través de desnudos como ilusiones ópticas que la moda ha ido reinterpretando a lo largo de la historia. Desde Y/Project hasta Tom Ford o Loewe: el erotismo se diluye ahora en sus creaciones a raíz de pezones serigrafiados o curvas digitales de los que subyace una expresión de libertad que escapa de la censura anacrónica de los algoritmos.
Ese efecto visual ha sido recuperado durante las últimas temporadas de la moda, prendiendo una llama que en realidad nunca llegó a apagarse. Una que incendiaron iconos del universo sartorial como Margiela, Jean Paul Gaultier o Comme des Garçons. Por no hablar del papel y la transcendencia de Schiaparelli, Max Hearst y Vivienne Westwood en el asunto en cuestión.
La moda continúa explorando las posibilidades y las perspectivas de la técnica artística, ya sea a través de connotaciones lúdicas como políticas. Sigue versionando la simbología del vestido desnudo que tuvo su auge en los años 90 con JPG, y sus trampantojos e impresiones de desnudos como núcleo de “Cyberbaba” 1996. Una colección memorable que desplegó vestidos con desnudos proyectados a tamaño real, convirtiendo esos códigos gráficos en referencias para la moda venidera, así como invirtiendo los cánones de belleza de hiper-delgadez ensalzados en los años 2000.
LA REVISIÓN DEL DESNUDO
La belleza del desnudo natural se revisita ahora por Richie Shazam AW22 a través de abrigos de lana con pechos pintados de Yves Klein. También por el Loewe de JW Anderson y sus caftanes de jersey con globos a modo de cubrepezones, o por Glenn Martens y su nuevo proyecto subversivo de Y/Project para otoño-invierno con formas femeninas que esculpen las siluetas con matices psicodélicos.
Más allá del vestido (u objeto viral) “touch me” de la marca griega Di Petsa, han ido incorporándose al sistema otras firmas que suben la temperatura con esa energía horny, como Sinead Gorey. Los diseños de la creativa londinense irradian calor corporal, confeccionándose con polipiel termorreactiva que cambia de color dependiendo de la temperatura. Las piezas SS22 Curve-Enhacing abrazan como segundas pieles todos los cuerpos, independientemente del físico, en una era acechada por la cirugía, la dismorfia y el FaceTune.
El renacimiento de la tendencia deconstruye entonces la concepción del desnudo mediante técnicas de diseño que actualizan esas ideas desincronizadas con el cambio de valores generacional, mediante enfoques lúdicos y dadaístas. El cuerpo ya no se oculta y oprime, si no que se libera y exhibe en piezas como obras de arte que evaporan esa lacra patriarcal llamada sexualización.
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