Ottolinger sigue sin mirar atrás en su show para la temporada SS23. Porque mirar atrás es morir, pero evolucionar no implica sacrificar sus códigos de marca. Y ellas lo saben muy bien.
Esta mañana, en una sala llena de colchones blancos en el Lycée Turgot, Christa Bösch y Cosima Gadient han presentado la próxima colección de Ottolinger SS23 para ser una auténtica bad bitch este verano.
Tras haber acomodado a todos los asistentes en los colchones, una música techno empieza a sonar. El desfile comienza… comienza con una serie de motomamis pisando la pasarela. Alejándose de su zona de confort, llena de las transparencias y looks en algodón, el cuero negro-a base de poliéster reciclado-inicia el show. Es un material que no hemos visto mucho en Ottolinger, pero tenemos que reconocer que funciona. Definitivamente las motomamis han invadido la temporada; ya las hemos visto en Versace, Diesel, Saint Laurent…
Aunque se han sumado a la nueva tendencia del efecto cuero, Ottolinger mantiene su sello de identidad para SS23. Las correas tanto atadas como sueltas por la prenda son un must en cada look. No olvidemos que este elemento es lo que ha llevado a la marca a ser lo que es a día de hoy, y nos encanta. Las chaquetas icónicas se convierten en faldas y los pantalones se cortan en el área de la cadera para convertirse en correas que cubren los pezones.
En los accesorios ha habido novedades. Las gafas twisted aparecen en nuevos tonos como el amarillo y el azul eléctrico opaco. El bolso de cerámica se amplia a formato baguette y añade apliques de cuero y tachuelas, e incluso en una faceta más romántica con lazos y corazones. En cuanto al calzado, a la icónica sandalia Ottolinger, se suman los tacones en punta con detalles de goma y botas de neopreno con puta cuadrada.
Con esta nueva colección SS23 de Ottolinger, ¿hay alguna duda de por qué se ha convertido en una de las marcas favoritas de las celebrities? Nosotros no la tenemos.
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