En el fulgor de la pasarela milanesa, Peter Hawkings marca un nuevo inicio para Tom Ford. El legado, más que una reverencia, se traduce en una visión arraigada en el ahora. Esta casa independiente, ahora bajo el resguardo de Estée Lauder, es el crisol donde la seducción y el glamour se fusionan con la inmediatez y la desenvoltura.
La mujer TOM FORD, empoderada y sin temor a destacar, abraza la moda con una naturalidad poco común. Para ella, vestirse es un juego de revelación y diversión, sin perder un ápice de elegancia. Peter Hawkings rinde homenaje a Donyale Luna, la icónica supermodelo negra, en una colección que fusiona sastrería impecable, cueros deportivos y una sofisticación instantánea. La mujer TOM FORD continúa siendo elegante y guerrera, tal y como la concibió en su día su creador.
Ahora Tom Ford, cuyo fundador abandonó la marca al mismo tiempo que la vendió al grupo Estée Lauder, entra en una nueva era. Y este es el motivo principal por el que la marca desfila en Milán y no en Nueva York. El grupo Estée Lauder, que ya produce perfumes y productos de belleza en nombre de TOM FORD, ha adquirido también la moda, y por ello se le ha confiado la producción y distribución de la parte textil. Así mismo, ahora la marca está diseñada por Peter Hawkings, ex asistente del director creativo de Ford; y se nota que estamos ante el trabajo de su mano derecha, pues cada look exuda por los poros el ADN concebido por su fundador.
En cada prenda resplandece la meticulosidad sartorial, la opulencia de materiales exclusivos y el brillo de hilos dorados. La paleta de blancos, rosas, azules y negros, salpicados de chartreuse, crea una sinfonía visual deslumbrante. La mujer TOM FORD se yergue sobre tacones afilados, con gafas de sol que protegen su mirada y un bolso de diseño impecable en mano. Ella es una presencia palpable y sensual, dueña de cada centímetro de su atuendo. La moda es solo el envoltorio, pues lo que realmente importa es su porte y actitud. Su encanto evoca los años 70, pero con una frescura inconfundiblemente actual.
Bajo la nueva dirección de Peter Hawkings, TOM FORD es una oda constante a la elegancia incontenible, la sensualidad feroz y la apreciación por la belleza excepcionalmente confeccionada. Un legado que continúa fiel, pero que se siente tan fresco como una nueva marca.
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