Mucho antes de que las uñas fueran el medio de expresión de Sylvie, la artista ya tenía una obsesión por las manos. «Son tan expresivas, incluso más que las caras». Tras su experiencia en diseño gráfico, fabricación de modelos en 3D, y la escenografía, la creativa con sede en Londres quedó cautivada con la creación de prótesis; en particular con los modelos en miniatura que podía extrapolar al universo beauty. Teniendo como objetivo entrar en el fashion system, mantener su libertad creativa y crear sinergias con otras mujeres, el universo nail art fue la vía escogida.
Desde diseños más minimalistas hasta otros más inusuales que podrían catalogarse como obras de arte, Macmillan se ha convertido en una de las nail artists más cotizadas del momento. La artista ha trabajado haciendo uñas para firmas de moda como Miu Miu, Burberry, Mugler, Prada, Ferragamo, Ottolinger, Off-White™ y mucho más. Además, también ha diseñado las uñas de it girls como Alexa Demie, Rosalía, Bella Hadid o Shygirl. No es que siga tendencias, la artista de uñas, amplifica sus convicciones creativas mezclando fantasía y funcionalidad.
Macmillan apoya la idea de que las uñas están infravaloradas dentro del mundo de la moda, demostrando que merecen ser tan importantes como cualquier otro paso dentro de la pasarela o editorial. «Hay demasiada repetición en el mundo de las uñas y eso tiene que cambiar. Coches, naturaleza, juguetes sexuales, historia, cerámica… Por lo general, miro las prácticas e influencias fuera en busca de inspiración». Su última colaboración con Arca, su fashion film sobre pedicura a personas con prótesis y la colección de joyas con Castro Smith, demuestran que Macmillan está lista para 2024.
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