El frenético desfile de primavera-verano 2024 de AVAVAV, más allá de estresar a los asistentes, provocó una oleada de hate por parte de los internautas conectados en la red, quienes se alinearon para reaccionar ante el show, la colección y la performance que calificaron de ‘basura’.
Ahora, Beate Karlsson le da la vuelta a esa frustración virtual y blanquea de alguna manera todo ese ciberacoso para idear una nueva realidad moderna en la que explora el caos y la decadencia; dejando a los asistentes arrojar basura -de manera literal- a los modelos mientras recorrían la pasarela.
Ese nuevo sistema de puntuación o valoración del espectáculo hizo realidad el sueño de muchas personas, mientras demostraba su maestría en el mundo de la innovación y la performance durante la Semana de la Moda de Milán.
En medio de esa escenografía llena de basura, la marca sueca actualizó así su sistema de valores basado en el meme contemporáneo inspirándose en los comentarios negativos como fuente de inspiración.
La ‘memeificación’ de la moda
«Esta marca es una broma», «Os odio» y «¿Se supone que esto es bueno?» son comentarios que residen en el imaginario cotidiano de la cuenta. Éstos se reflejaron en las pantallas laterales instaladas en el desfile, en las que se leían cosas como «Esta marca es una broma» y «AVAVAV está sobrevalorada».
La colección de 26 looks de AVAVAV recibió todo ese odio de manera literal, sobre todo, una de las modelos que lucía un vestido blanco con capucha y bolso EASTPAK en colaboración, empapándose de refrescos o cáscaras de fruta.
Esa composición de deshechos, piezas deconstruidas y rasgadas (des)estructuraban la colección: desde mini-vestidos con volantes o sudaderas oversize recortadas hasta amplios pantalones apilados, americanas abrochadas cargadas de ojos saltones, camisetas en ‘rebajas’, botas de becerro foldover o gafas de sol de ojo de insecto envolventes con las que acabar de configurar el look con el que ignorar con estilo a toda su comunidad de haters.
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