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Gorpcore: ¿por qué la ciudad se rinde ante la estética outdoor?

La estética de montaña ha dejado de ser una subcultura para convertirse en un engranaje esencial del sistema moda.

Gorpcore: ¿por qué la ciudad se rinde ante la estética outdoor?

Durante los últimos meses, un meme se ha esparcido por TikTok: un par de zapatillas de senderismo tocando por primera vez el suelo de un bosque, tras haber transitado únicamente el asfalto urbano. Más allá de la ironía, el contenido apunta a una verdad cultural: la colonización definitiva del espacio urbano por la estética outdoor.

En este fenómeno, conocido como Gorpcore —término que deriva de Good Old Raisins and Peanuts, el clásico snack de trail usado por escaladores—, las prendas técnicas abandonan su contexto original para convertirse en una declaración estética vista en ciudades donde los riscos más cercanos están a kilómetros de distancia.

Hoy, por las calles de Madrid, Barcelona, París, Milán, Tokio, Nueva York o Berlín, no sorprende encontrar conjuntos íntegros de Arc’teryx, Gramicci, ROA, Merrell o Patagonia. Chalecos ultraligeros, tejidos impermeables, calzado de tracción agresiva y accesorios técnicos como mosquetones y cuerdas se integran con naturalidad en el lenguaje visual del streetstyle contemporáneo.

Este deslizamiento de la estética outdoor hacia el imaginario urbano no solo ha tenido un impacto visual: también ha modificado el equilibrio comercial del sector. Según datos del reciente informe de Mediobanca, Italia lidera actualmente la producción y exportación de artículos deportivos en Europa (22%), con el segmento Mountain Attitude representando un impresionante 29% de la facturación nacional en el sector.

La simbiosis entre funcionalidad y estética ha generado colaboraciones como The North Face x Gucci, Salomon x MM6 Maison Margiela, On x Loewe, Vibram x Cecilie Bahnsen. Estas uniones han legitimado el discurso técnico dentro de los parámetros más exigentes de la moda, diluyendo las fronteras entre el lujo y la utilidad.

El fenómeno se expande más allá de la ropa: botellas térmicas de diseño (Yeti, Hydro Flask, Stanley) se han convertido en accesorios de culto; estudios de yoga con curaduría estética (Alo Yoga, Nike Strength Studio) reformulan la idea de bienestar; y los clubes de running se multiplican como nuevos espacios de pertenencia estética. El athleisure ha evolucionado.

Y en este 2025 la cultura del performance ha trascendido su origen atlético para convertirse en estilo de vida. Se impone una nueva sensibilidad donde la eficacia, el propósito y la adaptabilidad se valoran. La técnica ya no es un accesorio: es la base. Y quien no lo entienda, simplemente quedará fuera de juego.

«Gorpcore» fue acuñado por Jason Chen de The Cut en 2017.

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