La primera reaparición de Raf Simons en público, después de que abandonara Calvin Klein el mes pasado, no decepcionó. Simons tenía una respuesta tangencial a esta situación de incertidumbre: «No quiero ser negativo«, dijo. «Quería hacer algo abstracto, bello y elegante, orgulloso y sofisticado, pero sin perder la esencia de lo que la marca representa: la generación joven y las películas oscuras.»
Simons afirmó haber terminado la colección «antes de Navidad, antes de que empezara el lío«. La propuesta contó con una serie de links de referencia de la firma. La primera sección del espectáculo tuvo como banda sonora a Joy Division, una influencia constante en el trabajo de Simons, mientras que la segunda sección contó con una actuación en directo. La ruidosa música industrial y los coloridos cambios de luz hicieron que la gran ubicación la pudiésemos conectar con los clubs underground a los que el belga nos tiene acostumbrados.
La colección en sí misma se distinguió por su estética discreta. Las piezas más destacadas fueron principalmente las prendas de outerwear, con abrigos largos de lana, cuero y pana, además Raf hizo referencia a uno de sus diseños de archivo más famosos – y caros en reventa – con una parka de inspiración militar. Otros motivos incluyeron imágenes de huesos de rayos X o flores aunque una de las inspiraciones que se hizo más patente fue la de la película de David Lynch, Blue Velvet de 1986.
Raf Simons AW19
Una colección más de Raf que no emociona pero tampoco decepciona.
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