La última actualización de Instagram consiste en mantener ocultos los likes de las publicaciones. La medida ya se ha implantado en siete países. ¿Hablamos de un experimento fallido o se avecina un cambio en la app a nivel mundial?
Instagram decide esconder el número de likes de las publicaciones
Instagram ha vetado la posibilidad de ver la cantidad de likes de una publicación o de visualizaciones de un vídeo en varios países. Canadá, Japón, Italia, Irlanda, Nueva Zelanda, Australia y Brasil son los primeros elegidos. En lugar del número de personas que han dado doble clic, en estos países se simplifican los ‘me gusta’ aunándolos bajo el mensaje “Les gusta a @highxtar y otros”, que sustituye al tradicional “Les gusta a @highxtar y a 93 personas más”. Eso sí, el dueño de la cuenta podrá seguir viendo la cantidad de likes recibidos simplemente clicando en dicha descripción.
El experimento se ha llevado a cabo para reducir las presiones sociales y los efectos negativos que se ha demostrado que la aplicación tiene sobre la salud mental. De este modo, se espera que los usuarios simplemente se centren en el contenido que sus amigos publican sin mirar el feedback que han recibido. A consecuencias alarmantes, soluciones radicales.
El negocio de la moda y los influencers
Pero los influencers, como ya esperábamos, se han posicionado totalmente en contra de esta nueva medida. El cambio dificulta la posibilidad de que las marcas se fijen en ellos y puedan hacer un negocio de su cuenta de Instagram. La misma opinión comparten las compañías cuya publicidad en la aplicación se basa en pagar a influencers para que muestren sus productos, especialmente algunas firmas de moda que evitan la publicidad explícita. Hoy día, la industria se sostiene en gran parte por la aplicación, que se ha convertido en una herramienta esencial para los que se dedican a la moda.
Según varios estudios, se prevé que aumente la publicidad de anuncios de Instagram y disminuya radicalmente el volumen de contenidos patrocinados en los feed de los influencers. Los más asustados aseguran que el cambio podría dañar todo el sistema de Instagram tal y como lo conocemos, alegando que la aplicación se sostiene básicamente por este juego de búsqueda de likes.
Lo cierto es que los likes no son el único aspecto en el que se fijan las agencias de comunicación y de marketing o las propias marcas a la hora de seleccionar a su influencer. Para confirmar una colaboración o una acción de publicidad, se precisan una serie de métricas variadas. Comentarios, repeticiones de stories o gráficos con las variaciones de feedback a lo largo de un tiempo determinado son algunas de ellas.
Pero el cambio implantado en la aplicación acaba con una de las métricas más importantes y más inmediatas. La popularidad de una publicación es visible en primera instancia por la cantidad de likes que esta ha recibido. Cuanto mayor engagement tenga, primero aparecerá en el timeline de sus seguidores y más probabilidades habrá de que reciba aún más acogida y más likes.
Calidad y salud mental
Aquellos que votan con el cartel verde ponen el énfasis en la calidad de las publicaciones, que podría mejorar significativamente. Es innegable que las fotos con mayor número de likes cumplen generalmente un patrón donde se combinan varios elementos clave, véase Kylie Jenner y un bikini o el último desastre ocurrido y un mensaje aparentemente filantrópico. Los que arriesgan y apuestan por un perfil de contenido artístico quedan en muchas ocasiones entre los últimos puestos del timeline, compartiendo sitio con los que suben fotos de sus fines de semana sin pretensiones estéticas.
Y, lo que es aún más importante, se anularía en gran medida el daño que la aplicación causa a la salud mental. Alimentar tu ego a base de post o sentir rechazo por no haber recibido el número de ‘me gusta’ que esperabas son algunas de las emociones que la red social causa, especialmente a los más jóvenes, y que podrían solventarse con esta nueva medida.
Por otra parte, enfocarse en los comentarios podría aumentar el número de post que llaman a una conexión interactiva entre followers, propiciando crear enlaces, relaciones y debates. Parece que se tendería hacia algo más auténtico, aunque visto desde otra perspectiva, las cuentas podrían comprar falsos seguidores aprovechando que la incoherencia entre likes y followers no sería perceptible para nadie. Ya hablamos hace unos días sobre este fraude de influencers y lo difícil que parece solucionar el dilema de la postverdad. En este sentido la propia aplicación debería comprometerse para mantener a raya el fake.
Visto el panorama, muchos esperan que los usuarios empiecen a migrar a otra red social donde se pueda ser influencer y explotar su imagen sin tener que mantener oculto todo el “amor” que reciben. Resuena el nombre de Tik Tok, especialmente popular entre la generación Z. Quizás otros desarrolladores aprovechen esta coyuntura para lanzar una nueva app que dé refugio a los influencers ansiosos por hacer explícita la fama de sus publicaciones. El caso es que muchos ya amenazan con irse si la medida se consolida y afecta a su país. La puerta está abierta: pueden irse.
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