En París ya lo vimos: Coperni convirtió su desfile FW25 en una LAN Party: 200 gamers y entusiastas digitales sentados junto a los invitados, en un espacio que recreaba la fiebre de las primeras LAN parties. Cables enredados, pantallas parpadeantes, sudor en sótanos improvisados y esa sensación de libertad y optimismo que definió la era dorada del internet humano. Ahora, la campaña recupera ese pulso y lo lleva al plano visual con Alex Consani -que por cierto cerró aquel show- como su protagonista.
Karim Sadli la captura en distintos estados-avatar, transformando los looks icónicos de pasarela en personajes de videojuego. La escena: luz blanca, un set limpio, una silla acrílica como único objeto. Lo justo para que el cuerpo de Consani mute y lo digital se insinúe sin necesidad de hacerlo explícito. Ahí en medio se cuela un guiño pop imposible de obviar: la postura controlada, el cruce de piernas insinuado, la mirada fija de Sharon Stone en Basic Instinct.
El styling de Helena Tejedor —cabellos alien, eyewear futurista, maquillaje reducido a lo mínimo— lleva el imaginario aún más lejos. No se trata de vestir a Consani, sino de reprogramarla como cyborg, mitad humana mitad digital. Una prolongación natural de aquella obsesión tecnológica de Coperni que ya definió con el spray-on dress de Bella Hadid.
En realidad, aquí se traslada la misma energía del desfile en versión avatar: un cuerpo que se mueven entre lo humano y lo digital, y moda que no se limita a mostrar ropa, sino a abrir servidores Copernianos donde Alex Consani es el acceso directo, el login que activa esa narrativa.
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