Alex Sobrón presenta su última propuesta de joyería, Season V – Sebastià, una colección que mira al pasado para reconfigurar la figura de San Sebastián como un ícono de lucha, identidad y transgresión. Inspirado por las distintas representaciones artísticas y su vínculo con la cultura popular, Sobrón convierte al santo martirizado en el símbolo contemporáneo de la resistencia, la autonomía y la subversión de las normas establecidas. La flecha, que lo atraviesa en su martirio, se erige como protagonista de esta reinterpretación moderna: un símbolo multifacético de poder, deseo y sacrificio que se despliega en un viaje hacia la expresión personal.
La campaña se aleja de la joyería convencional. En lugar de adornos tradicionales, Sobrón presenta tres esculturas de acero inoxidable que integran la flecha como emblema de martirio, al mismo tiempo que rinden homenaje a un legado familiar a través de los cardos, símbolos de la casa. Estas esculturas, cargadas de simbolismo, se revelan el 14 de febrero, Día de San Valentín, invitando al espectador a una reflexión profunda sobre el amor, el sacrificio y la lucha personal.
La dirección fotográfica corre a cargo de Biel Capllonch, quien captura a la perfección la esencia disruptiva y surrealista de la colección. Con una mirada provocadora, la campaña se aleja de la figura tradicional de San Sebastián, presentando una versión femenina que refuerza la idea de insumisión y autonomía, subrayando la evolución de esta figura como un emblema de la lucha contra la opresión en el siglo XXI.
La figura de San Sebastián: una evolución cultural y contracultural
La figura de San Sebastián ha trascendido su origen religioso para convertirse en un ícono en constante mutación. Desde su papel como patrón de Palma, la ciudad natal de Sobrón, hasta su reinterpretación en diversas corrientes artísticas y contraculturales, San Sebastián ha sido un espejo de la lucha contra la norma. En palabras del diseñador, su conexión con el santo no se limita a la religión, sino que se ve reflejada en sus diversas representaciones, especialmente en el cine de Derek Jarman, cuya película Sebastiane (1976) marcó el inicio de una visión no religiosa del santo.
Sobrón se apropia de esta figura para despojarla de su contexto religioso y transformarla en un emblema de lucha, resistencia y autonomía. En su colección, San Sebastián es más que un mártir; se convierte en un símbolo de todos aquellos que desafían la norma y se oponen a la opresión. Al igual que en las representaciones renacentistas, que dotaron al santo de matices de sensualidad y ambigüedad, Sobrón decide transitar por un camino radical: reimaginarlo como una figura femenina, desafiando las convenciones de género y transmitiendo una visión de insumisión más inclusiva.
De la tradición familiar al arte contemporáneo
La colección Sebastià no solo explora el poder de los símbolos, sino también el legado de la familia de Sobrón, homenajeando la obra escultórica de su abuelo, el artista Juan Solivellas. Las piezas, que integran la flecha y los cardos, remiten a una serie de esculturas que Sobrón había realizado en 2021 y que luego se incluyeron en la obra Estudio de guerrero derrotado de Filip Custic. Esta conexión con la tradición familiar se convierte en un ejercicio de resistencia artística, una reflexión sobre el arte como forma de resistencia en tiempos de conformismo.
Un Día de San Valentín para la reflexión
La presentación de la colección no es casual. Elegir el 14 de febrero, Día de San Valentín, como la fecha para lanzar la campaña refuerza las múltiples connotaciones simbólicas que Sobrón quiere explorar: el amor, el sacrificio y la lucha. La flecha, que en su contexto tradicional es un símbolo de martirio, aquí se convierte en una metáfora de los sacrificios que se hacen por amor, por identidad o por rebeldía. Una invitación a reflexionar sobre lo que realmente significa la lucha, no solo en un sentido físico, sino como una batalla interna contra las normas impuestas.
En definitiva, Season V – Sebastià es más que una colección de joyería; es una reflexión sobre la resistencia, la identidad y la insumisión. Sobrón no solo crea piezas, sino que propone un discurso visual en el que el arte, la historia y la cultura popular se entrelazan para dar forma a un mensaje potente: la lucha no es solo una cuestión del pasado, es una cuestión que sigue viva y que necesita ser reimaginada constantemente.
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