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Analizamos el vestuario de ‘Parthenope’ ideado por Vaccarello de Saint Laurent

La moda, como el cine, tiene el poder de capturar lo inefable, y en Parthenope, ambos lenguajes se fusionan de manera sublime.

Analizamos el vestuario de ‘Parthenope’ ideado por Vaccarello de Saint Laurent

En el universo de Paolo Sorrentino, cada elemento visual se transforma en un componente narrativo esencial. La moda, en su obra, nunca es un accesorio trivial; es la extensión misma de los personajes, una forma de comunicación que trasciende la palabra y articula las emociones más profundas. Con Parthenope, el director italiano alcanza nuevas alturas en su exploración del vestuario, gracias a la colaboración con Anthony Vaccarello, quien, al frente de Saint Laurent, ofrece un vestuario que no solo acompaña la trama, sino que la redefine.

La película, un retrato épico de la vida de Parthenope, recorre desde la exuberante juventud de la protagonista en los años 50 hasta la compleja realidad de la Nápoles contemporánea. A lo largo de las décadas, esta ciudad, marcada por su historia grandiosa y su presente desgarrado, sirve de espejo para una mujer que atraviesa pasiones, traiciones y una lucha constante por la libertad. En este proceso, el vestuario diseñado por Vaccarello no es meramente decorativo; es la puerta de entrada a la psicología del personaje y al alma de Nápoles.

La moda como reflejo del tiempo: Saint Laurent y el cine

Yves Saint Laurent, el diseñador al que Vaccarello sigue rindiendo homenaje, comprendió desde el principio que la moda no solo debe vestir cuerpos, sino contar historias. Su legado en el cine, alimentado por su colaboración con grandes actrices como Catherine Deneuve, consolidó una unión inseparable entre estos dos lenguajes artísticos. La creación de Saint Laurent Productions en 2015, una plataforma dedicada a fusionar moda y cine, marcó una nueva era en la que la moda y el cine no solo coexisten, sino que se retroalimentan de forma orgánica, dando lugar a una simbiosis estética que eleva ambos mundos.

En Parthenope, este legado se extiende en todo su esplendor. Vaccarello, quien ha sido el sucesor natural de esa visión, ha logrado una alquimia perfecta con Sorrentino, creando un vestuario que no solo marca el paso del tiempo de la protagonista, sino que también habla de su conflicto interno y de la ciudad misma, que se presenta como un ser vivo, tanto fascinante como desgarrador.

El viaje visual de Parthenope: moda como narrativa emocional

La historia de Parthenope se despliega a través de los cambios en su vestuario, que, al igual que ella, experimenta transformaciones radicales. Al principio de la película, el vestuario de Parthenope refleja la exuberancia y la libertad de una juventud nacida en la efervescencia de los años 60. Los vestidos plateados y los bikinis ajustados de colores vibrantes capturan una sensación de despreocupación y pasión por la vida. Son prendas que no solo destacan por su estética, sino que comunican la rebeldía de una joven dispuesta a conquistar el mundo sin restricciones.

A medida que avanza la película y Parthenope pasa a la universidad y la madurez, el vestuario se torna más sobrio y estructurado, reflejando no solo la evolución personal de la protagonista, sino también la llegada de la introspección y la búsqueda de equilibrio. Los pantalones de talle alto y las chaquetas de corte masculino no solo marcan una transición en la moda, sino que simbolizan un giro en la identidad de la protagonista, que, aunque más reservada, sigue enfrentando los dilemas de una mujer atrapada entre la libertad y las expectativas sociales.

Sin embargo, aunque el estilo de Parthenope se suaviza y se vuelve más clásico, la ciudad de Nápoles sigue siendo un personaje clave en la trama, y su dualidad se refleja en cada prenda de vestir. Nápoles, una ciudad que oscila entre la belleza sublime y la brutalidad cotidiana, parece impregnada en los atuendos de la protagonista. La moda de Parthenope habla de estos contrastes: la opulencia de los trajes de noche, la dureza de las chaquetas masculinas, los tejidos lujosos y los cortes nítidos se convierten en un reflejo de la ciudad misma: contradictoria, vibrante y desgarrada.

Empoderamiento y vulnerabilidad

Un momento clave del vestuario en Parthenope es la aparición de Parthenope con un esmoquin, una de las piezas más representativas de Yves Saint Laurent. Esta prenda, que el diseñador consagró en 1966. Originalmente una prenda masculina, el esmoquin femenino se convirtió en un símbolo de poder, autonomía y transgresión, pero también de vulnerabilidad. La escena en la que Parthenope usa este atuendo no solo destaca la fuerza de su figura, sino que también ilustra su constante lucha interna, su deseo de independencia y la fragilidad que subyace en esa búsqueda de libertad.

El esmoquin es, por tanto, mucho más que una prenda de ropa: es una metáfora visual de la lucha interna de Parthenope. Es un acto de empoderamiento, pero también de vulnerabilidad, que revela la fragilidad de quien, bajo la apariencia de fortaleza, está marcada por las cicatrices de sus propias decisiones y la batalla contra las expectativas impuestas.

El vestido de seda: una metáfora del tiempo

Uno de los momentos más poéticos del vestuario es cuando Parthenope se envuelve en un vestido de seda marfil, cuya delicadeza etérea la convierte casi en un espectro, atrapada entre los recuerdos de un pasado que nunca logra abandonar. Este vestido, suave y luminoso, actúa como una metáfora visual del tiempo que se desvanece, de un presente marcado por la sombra del pasado. La protagonista parece atrapada en una constante lucha entre la memoria y el olvido, entre lo que fue y lo que está por venir.

A lo largo de la película, los cambios en el vestuario de Parthenope no solo reflejan su crecimiento personal, sino también su relación con el paso del tiempo. A través de las prendas de Vaccarello, Sorrentino captura la sensación de una vida que avanza sin piedad, un viaje marcado por la melancolía y la lucha constante por la identidad.

Un homenaje a Yves Saint Laurent y al legado de la moda en el cine

La influencia de Yves Saint Laurent no solo se sigue percibiendo en la moda, sino también en el cine contemporáneo. La creación de Saint Laurent Productions es un reflejo de la visión del diseñador, quien siempre entendió que la moda y el cine deben fusionarse para crear algo más grande que la suma de sus partes. Esta división de la maison busca consolidar esa unión, llevando la estética de Saint Laurent a la gran pantalla de manera orgánica, con el mismo nivel de detalle y cuidado que se le dedica a la creación de las colecciones.

La exposición dedicada al vestuario de Parthenope en Roma es un homenaje a esta visión. No solo ofrece un vistazo al proceso creativo detrás de las prendas de Vaccarello, sino que también celebra el legado de Yves Saint Laurent, cuya influencia sigue siendo un faro en la moda y en el cine. En ella, la moda deja de ser un accesorio y se convierte en una extensión del arte cinematográfico, una herramienta para contar historias, para capturar emociones y para redibujar la complejidad humana.

En este sentido, el vestuario de Parthenope no es solo un conjunto de ropa; es una herramienta narrativa esencial. A través de la colaboración entre Sorrentino y Vaccarello, la moda se convierte en una prolongación de la historia, una manera de explorar las emociones humanas y de capturar la esencia de Nápoles, una ciudad marcada por la contradicción y el deseo. Cada prenda, cada detalle en el vestuario, contribuye a la creación de un universo visual único, que redefine la relación entre moda y cine, y que, como los mejores trabajos artísticos, perdura mucho después de que termine la película.

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