Si la cultura actual se desarrolla en base a reinventar épocas pasadas, sobre todo los años 90 y 00′, y en evadirse en la nostalgia, la sociedad permanece proyectando un ciclo interminable de tendencias y elementos que ahora viven su renacimiento. La cámara digital se convierte precisamente en uno de esos objetos de deseo esenciales que años atrás incluíamos en nuestro bolso Y2K, y que ahora vuelve para copar todas las campañas de moda y retratar el estilo de vida del stardom.
Ya sea debido a la evolución del feed del esteticismo absoluto al diario virtual como de la constante búsqueda de la “imperfección” en las redes sociales, ahora el escenario de lo cool se dispara con cámaras digitales de los 00′. Ya no importa la calidad del gadget en una era ultra-digitalizada en la que disponer de los última tecnología avanzada y de sus brillante resolución, lo que emerge de la superficie es el efecto vintage y los destellos del flash.
Las digicams resurgen así de las cenizas como lo hicieron recientemente otros aparatos electrónicos como los cascos o auriculares con cable. Todo un imaginario explotado por iconos de internet como Bella Hadid, Hailey Bieber o Charli XCX, que está conmoviendo sobre todo a las generaciones que pudieron experimentar la emoción de poseer una cámara cuando aún estaban transitando la era analógica.
RETRATANDO EL EFECTO Y2K
El efecto Y2K sigue su curso con esta nueva tendencia que ha transformado la manera en la que experimentar con la fotografía en la vida real, virtualizándola en posts o vídeos de Tiktok acompañadas del hastag #digitalcamara o #teenagedirtbag. El objetivo de estas imágenes capturadas con cámaras digitales reside en revivir esa estética de mediados de los años 2000 en la que se filtraba una especie de halo borroso, deslumbrante y onírico a la vez.
Cámaras o videocámaras como la Olimpus o la Kodak desechable se convierten entonces en las nuevas reliquias con las que contar historias a través de esa estética precisa y buscada con la que en su momento cristalizamos nuestra infancia y adolescencia.
Esta nueva era tecnológica se canaliza asimismo en distintas editoriales contemporáneas que nos invitan a soñar y a recordar. Desde la fiesta de Heaven by Marc Jacobs durante NYFW hasta las imágenes VHS de Balenciaga con Harmony Korine o las instantáneas surrealistas de Petra Collins: lo que subyace aquí es lo insólito y el refugio en un pasado lleno de recuerdos suspendidos entre Myspace, Tumblr y series televisivas de los dos mil con las que romantizar ahora una realidad hostil.
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