Para este episodio debut de ‘El arte de vestir a un ídolo’ contamos con la colaboración de la estilista y fashion consultant Ana Murillas.
La creativa con sede en Barcelona se ha convertido en una de las figuras de la moda más relevantes a nivel nacional, proyectando un universo maximalista de poder, lujo y erotismo. Un imaginario de outfits que definen el gran revival de los excesos de la moda de 80′ y la estética streetwear old school.
La cultura Lo-Life revive ahora en la piel de iconos internacionales como Nathy Peluso o Rels B, así como en imágenes poderosas que han copado infinitas portadas de revistas o discos. La moda y la música se conectan así en una burbuja llena de vibes ochenteras y ostentosidad en la que la estilista juega con prints, tendencias, colores y combinaciones excitantes.
Hablamos con la estilista y mano derecha de Bad Gyal, A. Murillas (@anamurillas), sobre sus focos de estimulación, referentes y los códigos que han vestido cada uno de los looks de ídolos de la escena como Mykki Blanco o Rosalía.
Highxtar (H) – ¿Qué referentes en la moda o el arte han ayudado a crear tu ethos estilístico?
Ana (A) – Tengo muchísimos referentes pero creo que, en rasgos generales, hay dos grandes líneas muy diferentes entre sí en mi trabajo. Por un lado, la fotografía documental a partir de los 70, el primer street style real. El estilo de la calle, sobre todo en USA y concretamente en NYC.
Hubo una época gloriosa de eclosión de creatividad, un boom de expresión a través de la música y el arte que también se reflejó en la forma de vestir de la gente joven, y en especial de la comunidad afroamericana. Incluyo aquí toda la estética streetwear old school que es muy recurrente en mis trabajos, el Lo Life y más tarde el look de las bandas, de los latinos, el gangsta rap…
Fotógrafos como Jamel Shabazz y sus retratos de la comunidad de color de NYC, así como Martha Cooper que retrató la escena de grafiti en sus comienzos. También, el retrato de los adolescentes americanos de Joseph Szabo y Susan Meiselas.
Por otro lado, el estilo ostentoso y el exceso de la moda de los 80: Versace, Moschino, Mugler… Las joyas, las pieles, el oro. El tipo de mujer poderosa de Helmut Newton, sexy y dura.
H – ¿Qué elementos son esenciales en un outfit firmado por A. Murillas?
A – Siempre hay exceso. Provocación. Un estilismo de Ana Murillas siempre es impactante. Intento ir siempre un paso más allá, huyo de lo predecible o le doy un giro a lo esperado, siempre hay un punto que te sorprende, algo salvaje detrás. Al final mi personalidad está en todo lo que hago, y así es cómo soy yo.
Lo que NUNCA puede faltar es un concepto potente detrás de cada idea. Un buen concepto es la base de todo, luego puedes transmitirlo de muchas maneras, depende del medio al que vaya dirigido, del estilo del fotógrafo, de las marcas que tengas que usar, etc. Hay muchas variables, pero a partir de ahí, de ese concepto bien sólido y pensado, luego fluye todo y puedes improvisar o sumar y restar.
Por regla general, utilizo muchos accesorios, mucho bling, mucho oro. Me encanta el maximalismo, si se puede añadir algo más, lo añado. Sumo. Cuanto más mejor. Es como en un juego, cuando ves que un montón de cosas juntas, a veces muy random entre sí, funcionan, es un subidón. También me gusta jugar con los colores, las combinaciones raras, prints mezclados, full color looks, etc. Intento llegar al máximo, forzar la movida hasta quedarme en la línea de lo kitsch, sin llegar a serlo.
Incluso en estilismos que pueden parecer más simples o minimalistas, más depurados, hay exceso en algún sitio y siempre está muy pensado. Puede ser en el uso o combinación de los colores, las formas o tan sólo en el concepto que se desarrolla, aunque sea de manera muy simple, pero que digas: wow.
H – ¿Qué aptitudes crees que tiene que tener el estilista detrás de un icono de pop internacional?
A – Punto número uno, creo que debes ser un loco de la música. Básico. Tener cultura pop, y no me refiero a pop como género musical, si no estar familiarizado con el mundo del entertainment y la cultura popular.
Entender la energía que se genera en un concierto. Lo que significa para la gente ir a ver a un ídolo en directo, las sensaciones que ello genera, la pasión, el subidón de escuchar en directo el tema favorito del disco que más te mola, la adrenalina, los graves retumbando en el pecho, toda esa movida. Eso de base.
Entender el momento ICONO. Esta gente es icono para mucha gente, los idolatran. Eso es muy importante. Una persona en el escenario, y TODOS con los ojos puestos en ella, gente que puede haber viajado desde muy lejos sólo para verle, que han estado ahorrando un montón para poder estar allí, etc. Y debes darles un espectáculo. Y cómo aparece en stage el artista es parte del espectáculo.
H – Háblanos sobre el proceso creativo que sigues a la hora de crear un fit. ¿Influyen las tendencias en tu decisión?
A – Innegablemente las tendencias influyen. Una tendencia al fin y al cabo no es más que la traducción de lo que pasa en la calle. Hay un componente sociológico muy fuerte en la moda. Lo que ves en el mainstream, viene de lo underground, pero al comienzo ha sido nicho. Y si quieres conectar con el público has de estar en sintonía con él, con lo que ven, con lo que viven, con lo que les gusta en un determinado momento.
Lo que hago es expresarlo con un lenguaje propio. Esa es la clave, no caer en obviedades o no ser muy literal. Adaptar la tendencia a un determinado momento, o desarrollar equis concepto desde un prisma ‘trendy’, cualquier cosa.
Lo primero que hago es pensar en qué quiero transmitir, qué personaje quiero crear. Normalmente , suelo pensar en dos o tres conceptos diferentes y los mezclo entre sí. Busco referencias de esos 2 o 3, editoriales antiguas, fotos de archivo, mucha fotografía documental de los 70, 80 y 90, y cosas actuales que normalmente encuentro en Instagram.
Cuando tengo todo junto en una carpeta, ya veo que empieza a tomar forma. De ahí saco lo esencial, lo que mejor transmite lo que tengo en mi mente. Entonces hago un moodboard, un collage, que plasma perfectamente todo.
A partir de eso, lo hablo con el equipo, intercambiamos impresiones y realmente ahí se fija lo que vamos a hacer. También cómo lo vamos a hacer, si en estudio o en localización, qué tipo de luz, el casting… Este es un momentum clave, que define la estética. No es lo mismo presentar algo mega glamouroso en un plató que en un desguace de coches, o hacerlo con una chica de pelo largo que con una rapada. La puesta en escena también es clave. Cuando todo esto se ha decidido, pienso las marcas que me encajan y tiramos con el shopping.
H – ¿Crees que la moda es un lenguaje?
A – Sí. Totalmente. Lo que ese lenguaje puede ser muy simple o más elaborado, pero como tú te vistes dice mucho de ti aunque sea de manera inconsciente. Si utilizas esta herramienta de manera consciente puedes transmitir seguridad, sensualidad, poder, etc. Indudablemente es un medio de expresión personal, de individualismo…
H – ¿Qué podría comunicar el look del ‘ídolo’ en un concierto o una editorial?
A – Muchas cosas, según el artista y cómo le vistas. Mis conceptos favoritos en un escenario son el poder y la sensualidad, ¿qué más se puede pedir?
H – ¿Qué papel juega el estilista en España?
A – Creo que cada vez adquiere más notoriedad e importancia en el ámbito de la música y las celebrities.
H – Dime 3 personas a las que amarías vestir. ¿Qué les pondrías?
A – Cardi B. Le haría un custom del prefall 20 de Moschino, todo en rosa chicle. Rollo Missy Elliott 90 ´s, todo los hits callejeros old school en clave deportiva llevados a lo girly, rollo bandana rosa chicle, una chaqueta de zorro oversize rosa chicle, una camiseta de basket de satén en rosa crop top, short súper pegado y súper corto de deporte en rosa, una bota alta rollo sneaker de tacón a juego, cadenas oversize, mucho diamante, mucho oro… mega sexy, súper ostentoso y tooooodo rosa. (buah, lo más)
Travis Scott. En este momento le haría un look post apocalipsis covid-19 (lol). Inspirado en Mad Max y la portada del single Dark Knight Dummo, del coche en llamas. Un custom de murder bravado de superviviente del holocausto (lol), con mascarilla a juego de unos skinnys quemados y enlejiados, y una camiseta de tirantes toda rota, rollo harapo, como si hubiese sobrevivido a una bomba atómica o algo así.
Bella Hadid. Haría con ella una editorial estilo Uma Thurman en Kill Bill, con pantalones moteros y camisetas ‘dosmileras’, mucho cuero pegado, katanas, niños sin camiseta en motos de motocross con cascos macarras…lo más.
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