Astrid Andersen es ya una religión para las nuevas generaciones que rezan la moda latente de los últimos años. Y es que, hace una década, la diseñadora danesa se adelantaba al futuro con un movimiento en el que el streetwear / sportswear y el lujo empezaban a colisionar en una misma estética vanguardista.
Las tribus urbanas desde entonces expresan su poder y libertad con las prendas de Astrid. Tanto los jugadores en la moda que ya hablaban —sin saberlo— de nuevas masculinidades, como las mujeres que exteriorizaban su individualidad sin importar el género o los clichés socialmente construidos.
Astrid genera alta costura del underground. El latir de las calles de Nueva York, el deporte, la cultura hip-hop, o la intersección entre la moda y la música, lo traslada a un lenguaje universal emocionante que va mucho más allá del menswear.
Adaptándose al tiempo atrás por salvar el planeta, Andersen está caminando hacia la sostenibilidad con ideas como el experimentar únicamente con el stock interno, sin dejar morir materiales. Algo que ya trasladó el verano pasado a su colección colaborativa con Hummel.
En esta línea ética, acaba de lanzar —hoy mismo— su primera cápsula deadstock que comprende estilos de la firma en una serie de textiles de archivo de los últimos 10 años de la marca. Ésta, incluye una serie de estampados técnicos, tweeds a medida o jacquard en prendas con un nuevo sentido. De hecho, con más sentido que nunca. Todos los artículos ya están disponibles exclusivamente en www.astridandersen.com.
Con motivo del nuevo lanzamiento, hablamos con Astrid Andersen sobre su icónica trayectoria reconocida con premios como el LVMH PRICE o los British Fashion Awards, sobre sostenibilidad, máximas en la moda actual, y mucho más.
Highxtar (H) – Tras más de diez años en el mundo de la moda, ¿cómo ha vivido Astrid Andersen esa evolución hasta erigirse como un referente contemporáneo? ¿Qué crees que ha sido lo que realmente ha trascendido?
Astrid – Espero que haya trascendido que yo, como marca, estuviese muy comprometida con mi estética desde el primer día, y que haya conseguido una auténtica conexión con el consumidor y la comunidad que rodea la marca desde que empezamos este viaje juntos.
H – Tus diseños se mueven —sobre todo— entre Copenhague y Londres. ¿De qué manera se trasladan esas ciudades a tus prendas? ¿Dónde se entiende mejor tu concepto?
A – Londres siempre ha sido el lugar en el que me he sentido comprendida, y en casa creativamente. La diversidad de Londres y su cultura han sido la mayor inspiración y la base para mí y mi firma. Llevo a Copenhague en la sangre en cuanto a la forma de enfocar mi marca como una artesanía con un alto nivel de calidad, y comprar menos y mejor es una parte importante de la mentalidad escandinava con la que conecto.
H – ¿Cómo conseguiste llegar a encontrar tu propio camino dentro del diseño, que se adaptase a ti y a tus ideas / a establecer tu propio lenguaje?
A – Tuve la suerte de conocer a mentores a lo largo del camino, como Ike Rust, del Royal College of Art, y Simon Foxton, un estilista legendario, que realmente entendieron mi punto de vista y me animaron, desafiaron y apoyaron de tal manera que adquirí la confianza necesaria para hablar mi propio lenguaje y entrar en el mundo de la moda con un punto de vista claro.
H – Hace diez años el chándal era una de las máximas expresiones de la anti-moda. Fuiste una de las primeras diseñadoras en trasladar el sport – street y el lujo a la pasarela, adelantándote a una estética global que en su momento fue ‘rechazada’. ¿Te consideras una de las pioneras que, de alguna manera, desencadenó la moda latente del último lustro?
A – Londres fue la verdadera pionera de esto. Era un movimiento, y ya había una base establecida a la que tuve la suerte de poder unirme y estar en ese viaje durante 10 años, y ver cómo ha evolucionado hasta convertirse en el mayor movimiento de la moda ha sido salvaje y sorprendente, y algo de lo que siempre estaré orgullosa.
H – Hemos podido ver como más allá de la moda y el deporte, la música también orbita en el planeta de Astrid Andersen. ¿De qué manera influye la música en general, y el hip hop en particular, en tu desarrollo creativo?
A – La música siempre ha sido una parte integral de mi impulso creativo. Algunos diseñadores se inspiran en lo visual, otros en lo conceptual, pero para mí la música siempre ha sido la mayor influencia. La música es un estilo de vida, y las comunidades y el hip hop son simplemente lugares donde me encontré cómoda y naturalmente en casa. Siempre ha sido importante para mí que sea una relación auténtica y mutua – y no sólo para vestir a raperos cuando resultó que estaba de moda 🙂
H – Leí en una entrevista que de pequeña siempre vestías de manera diferente en el colegio, como si no te interesase la moda, si no como una forma de comunicar tu individualidad. ¿Crees que tu marca refleja esa idea a día de hoy?
A – Esa es una muy buena pregunta… Creo que nuestro cliente es muy consciente de lo que quiere expresar, y quiere algo exclusivo y personal en lugar de interesarse por la moda por el mero hecho de estar de moda.
H – El fashion system se está moviendo por la vuelta a los orígenes o al pasado, las reediciones de archivo, el cottagecore o el escapismo. ¿Crees que la moda ya no quiere mirar hacia el futuro porque eso da miedo y/o no interesa tanto?
A – No. Creo que la moda siempre mirará al futuro, incluso cuando se sienta retrospectiva. La apreciación actual del archivo quizá sea una forma de poner algo auténtico al frente del futuro: celebrar la creatividad que avanza y abandonar el consumismo que ha asfixiado al mercado en los últimos tiempos.
H – En plena crisis climática, las firmas se están viendo obligadas a reinventarse o morir. ¿De qué manera Astrid Andersen está actuando en ese contexto casi apocalíptico? ¿Crees que realmente estamos evolucionando hacia un paradigma sostenible, o es sólo una tendencia más, una estrategia de marketing más basada en el greenwashing?
A – Creo que cada vez que una marca tiene que reinventarse para encajar en un nuevo mercado considerado, sería mejor para todos que admitiera que la intención ya no es auténtica y que se sienta “greenwashed” por defecto.
Creo que el consumidor más joven es mucho más crítico, educado y objetivo, y me siento afortunada de poder atender a este consumidor, porque la columna vertebral de mi marca no es la producción en masa ni la dominación del mundo, sino una dirección creativa con un producto del que me siento orgullosa y que defiendo.
H – Tu primera cápsula deadstock aúna un collage de prendas de archivo desde los principios de la marca hasta la actualidad. Esa idea de trabajar sin desperdicios, con sólo tejidos de stock interno, más allá de su ética y sostenibilidad conceptual, ¿de qué manera limita y explota creativamente las colecciones?
A – Por supuesto, establece un marco mucho más limitado para desarrollar el proceso, y te ves obligado a crear con lo que tienes y no con una visión libre. Pero era un archivo tan rico que había suficientes elementos con los que jugar que, en realidad, no se sentía como algo restringido en absoluto. Fue más bien la parte de la producción la que necesitó una consideración muy cuidadosa.
H – Creas una imagen poderosa, tanto para la mujer como para el hombre, a través de prendas comfortwear en el marco high-end. A pesar de haber lanzado propuestas femeninas, ¿por qué el punto de partida siempre es el menswear? El hecho de filtrar toda tu moda desde una óptica masculina, ¿sería una manera de acabar de desencorsetar a la mujer, y eliminar los estereotipos aún intrínsecos en el sector?
A – Sí, para mí siempre ha sido así. Tal vez nunca conecté al instante con la mujer del corsé, pero si lo combinas con un par de chándales sueltos, siento que hay una conversación interesante que mantener. La ropa de hombre tiene que ver con la comodidad y la confianza, y para mí esto debería aplicarse a cualquier prenda, ya sea de hombre o de mujer.
H – En breves presentarás tu propuesta para AW21 a través de una pasarela digital acorde a los tiempos de hiper-conexión. Aún mantenido una narrativa fija y una estética atemporal, viendo esta colección, ¿cómo crees que ha cambiado Andersen desde su debut en LFW de 2011? ¿Hacia dónde quiere ir ahora?
A – Estoy muy emocionada de compartir la colección aw21 el próximo mes, y la presentación digital, porque en cierto modo siento como si empezase de nuevo. Esos primeros desfiles antes de ser definidos por un cliente o por las críticas. Esto es un poco como cuando ya no tienes el formato tradicional de pasarela en vivo en el que confiar y tienes que pensar desde cero que es desde dentro y realmente sobre lo que TÚ como creativo quieres decir y comunicar. ¡Espero que eso se traduzca en algo emocionante más allá de la ropa!
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