El desfile de Ludovic de Saint Sernin FW23 se convirtió en toda una oda al deseo y al amor propio, entre destellos de sexo y fetichismo con los que la marca homónima prendió la Semana de la Moda de París.
La firma pret-à-pôrter volvió a experimentar en esta propuesta con el acto de vestir, así como con la presentación de nuevos arquetipos de masculinidad y feminidad, diluyendo géneros y siluetas canonizadas con las que seguir inspirando a las nuevas generaciones que le rinden culto.
LdSS vuelve a canalizar su expresión creativa a través de la sensualidad en la moda, fetichizándola entre prendas de denim y cuero, conjuntos de croché deconstruido, transparencias o piezas encorsetadas y/o ajustadas a la figura como tops de malla.
Para este otoño-invierno 23, su director creativo Ludovic, ahora también al mando de Ann Demeulemeester, reutiliza una serie de materiales o retales de la temporada pasada, siguiendo esa estela eco-futurista del arte del upcycling con el que reconstruye y reinterpreta prendas cerradas por ojales y cordones de corsé.
En esta misma constelación erotizada, las faldas ultra-cortadas y camisetas abotonadas coexisten con sus clásicos boxers con incrustaciones de diamantes. La lujuria se fusiona asimismo con el deseo en otras siluetas exageradas representadas a través de accesorios en forma de boa, jerséis desgarrados, así como sets vaqueros o tops enfundados en el monograma de la casa con el que los modelos paseaban como ángeles fascinantes, a la par que seductores.
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