Laura Pérez ( @laurappz ) | Instagram es la plataforma de expresión actual -con 700 millones de usuarios- que aboga por la diversidad artística y cultural. Wait, ¿dónde está la expresión, la libertad y la pluralidad en la censura? No nos representa.
María Forqué – @mariaforque1real ha unificado un movimiento anti-censura bajo el nombre de ‘#FreeMaríaForqué1‘, con motivo del bloqueo que hizo Instagram de la cuenta de la artista. Las razones de la red social fueron: ‘atentar contra las normas de provocación o mal gusto‘, así como las de ‘llevar a cabo desnudos íntegros o parciales‘.
Internet is burning, we don’t want censure anymore. Está ardiendo gracias a miles de medios y usuarios que han publicado instantáneas y mensajes -sobretodo en las RRSS- de indignación ante lo sucedido, en base al hastag que unifica la campaña.
Entre esas imágenes -en formato crítica-, muchas llevan consigo connotaciones de pro-anorexia, maltrato animal, profascismo y homofobia; y éstas no han sido reportadas. Parece ser que las bases ‘éticas’ de una plataforma misógina, permiten la homofobia, la violencia y el fascismo, pero el cuerpo de la mujer -como arte- no es algo lícito.
Muchos otros medios y usuarios random se han opuesto al movimiento y la han calificado como la hija del demonio, por llevar a cabo ‘desnudos macabros’ y atentar contra lo establecido. También, por publicar imágenes violentas y pornográficas. Vivan las mentes retro de la deep Spain que nos limitan.
M. Forqué es la provocación del arte. Vanguardista y trasgresora, convierte su cuerpo en el epicentro de las composiciones artísticas que lleva a cabo, a través de instalaciones vivas. Instagram era el canal de divulgación de su experiencia artística; pero ya no pretende volver, ahora sólo quiere denunciar las bases de una red que atenta contra los ideales y códigos que conforman su ADN.
Reivindica el cuerpo de la mujer y el desnudo como condición natural. Sus obras se convierten en expresiones de dolor, a través de las cuales quiere transmitir el sufrimiento por haber sido tratada como un objeto sexual.
Entre sus trabajos más destacados en el mundo de las artes visuales y cinematográficas, se encuentra el corto que protagonizó, ‘Into the Mud‘ -de Pablo Pastor– y la participación en la película The Leftlovers. En cuanto a las performance, Actat o Blood Bath quizás hayan sido las más polémicas; pues en ésta última, aparecía recubierta de vísceras y sangre artificial como elementos de provocación y denuncia.
A principios de año, se unió a la squad de Demna Gvsalia y debutó en el desfile otoño/invierno 17′ de Vetements. También, ha sido modelo de firmas como Loewe y ha trabajado para el fotógrafo Viktor Vauthier. Ahora, está llevando a cabo un proyecto junto a Filip Custic (@_1por1_), en el que el cuerpo vuelve a convertirse en el principal material-objeto artístico.
>>> Más allá del caso de María Forqué
Ya sabemos que la censura del cuerpo femenino no es la gran novedad de Instragam. El perfil del fotógrafo británico Adey (@__adey__) también fue eliminado por publicar desnudos artísticos. Ya no sólo eso, la cuenta de Stephanie Sarley (@stephanie_sarley) fue bloqueada en numerosas ocasiones por postear imágenes metiendo el dedo en diversas frutas, y a Petra Collins le cerraron su cuenta por mostrar vello púbico por encima del bikini. Así, muchas cuentas han tenido que ver como Instagram ha reportado sus instantáneas e incluso perfiles, por estar dotadas de un falso contenido sexual.
La campaña que hicieron miles de mujeres conocida como #freethenipple parece que no supuso ningún cambio real para la plataforma. Ahora es #freemariaforque1, y ya no sólo habla de ella, si no de todas las personas que se han tenido que someter a la retención y a la prohibición de la libertad del cuerpo como condición natural y como arte visual. Así es la hipocresía de Instagram.
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