Tres años de espera han merecido la pena. Rosalía ha sorprendido y ha convencido. Si has escuchado el disco habrás vivido una experiencia única y de un nivel artístico pocas veces alcanzado. Su álbum «Motomami» es redondo y contundente. Como dice la abuela de Rosi en ‘G3 N15’: «si tú eres feliz, yo también soy feliz». Gracias por #motomami.
Rosalía finalmente ha lanzado su tercer álbum de estudio, «Motomami». Este último disco ha tardado dos años en producirlo, y ha sido uno de los proyectos más duros que ha hecho. Después de todas las píldoras con las que nos ha ido deleitando estos meses, al escuchar el disco completo todo cobra sentido. Un acto de libertad artística sin filtros que combina diferentes géneros musicales y consigue que todos ellos le representen y tengan su esencia. Un cocktail de reguetón, baladas, boleros, coplas y pinceladas de electrónica que ha conquistado a millones de seguidores en todo el mundo.
A parte de La Fama, Motomami, Saoko y Chicken Teriyaki, analizamos el resto de temas: en Bulería vuelve a sus orígenes flamencos; en G3 N15 nos deleita con un monólogo de su abuela; en Sakura actualiza la copla; Candy es un R&B sensual; Hentai es un canto al sexo de manera sutil; Bizcochito es pura electrónica; Diablo destaca por la voz procesada; Delirio de grandeza es un bolero; Cuuuuuuuute es una de las pistas más abruptas; en Como un G saca su lado más sentimental; Abcdefg es un recitado del alfabeto; y en La combi Versace junto con Tokischa combina electrónica y reguetón.
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