Alguna vez te has preguntado: ¿Dónde me encuentro? ¿Quiénes son estas personas? ¿Adónde voy? ¿Quién soy? ¿Por qué? Estas preguntas, que resuenan en la mente de muchos en tiempos turbulentos, encuentran su eco en la colección SS24 de Natasha Zinko. La diseñadora nos ha traído a la londinense Soho Square para enfrentarnos con lo que nos hace humanos. La ucraniana se mete esta temporada más que nunca en el fango ahondando en lo que ha permitido nuestra supervivencia: nuestra extraordinaria capacidad de adaptación incluso en las circunstancias más adversas.
Los humanos siempre hemos corrido. Antes lo hacíamos a pie para huir de peligrosos depredadores. Ahora lo hacemos en tren, en coche, en avión, cruzando países y fronteras, en busca de seguridad ante amenazas que hoy parecen lamentablemente comunes: escenario político agitado, conflictos bélicos y una crisis ambiental que nos apremia. A NATASHA ZINKO en especial le toca de cerca, cómo ucraniana que es, la guerra ruso-ucraniana, que dura desde 2014 y ha desplazado a unos 17 millones de personas. Para ella el conflicto es solo una demostración más de que corrimos en el pasado, corremos en el presente y, sin duda, correremos en el futuro.
A pesar de los conflictos constantes, la vida sigue. Por eso nos da la bienvenida a THE CAMP, una visión optimista de la vida moderna en movimiento, un campamento en tiempos de guerra, de conflicto, de incertidumbre, de absoluto trajín. En este universo, dos manos nunca son suficientes, por eso las prendas aparecen llenas de bolsillos. Sudaderas con capucha recortadas; pantalones de chándal, anchos; gorras, bordadas, con viseras serradas; una larga capa negra, con capucha, ligera. Las mochilas se liberan de las espaldas y encuentran un nuevo hogar en la parte delantera, transformándose en chalecos sujetos por correas reutilizadas. La funcionalidad se fusiona con el estilo motorizado: pantalones vaqueros acampanados con incrustaciones de moto en las rodillas, cubiertos de bolsillos cuadrados de gran tamaño; monos de cuero con detalles de moto en la espalda y bolsillos.
En un mundo polarizado, pocas cosas nos unen más que la ropa interior. Todos la llevamos; todos viajamos con ella, la metemos en las maletas; entonces, ¿por qué la escondemos? Natasha dice que es hora de normalizarla. Por eso, al igual que los bolsillos, las bandas elásticas blancas son casi omnipresentes, asomando de los pantalones desabrochados, con la inscripción «NATASHA ZINKO ORIGINALS». El look 23 fusiona slips masculinos cosidos de manera asimétrica con un sujetador para formar un vestido amplio, sin mangas y hasta el suelo. La falda del look 25, sin parte superior, es una amalgama de cuatro slips blancos superpuestos, unidos a diferentes alturas y ángulos. Los bolsos, de piel monocromática, adoptan la forma de slips.
En la visión de Natasha Zinko, la moda no es solo una prenda, es un testimonio de nuestra capacidad para adaptarnos y perdurar en un mundo en constante cambio. La colección SS24 es un recordatorio de que, sin importar cuánto corramos, encontraremos la manera de seguir adelante. Adaptación, resistencia y estilo se fusionan en cada puntada, en cada prenda, en cada detalle. Natasha Zinko no solo viste cuerpos, viste espíritus resilientes, listos para enfrentar lo que el futuro nos depare.
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