Entre otras tendencias latentes como los NFT, la publicidad o el marketing espacial está ascendiendo hacia niveles desorbitados. Desde la gastronomía, hasta la moda o el cine; el espacio es el nuevo objetivo.
El envío de productos en cohetes no es una novedad. En 2001, Pizza Hut ya invertía millones de dólares en enviar una pizza a la ISS (Estación Espacial Internacional). Ahora, y tras el exitoso aterrizaje del Rover Perseverance de la NASA en Marte, noticias promocionales relacionadas con el espacio están copando todos los espacios publicitarios.
Más allá del avance de la tecnología, el auge se debe a la proliferación de los viajes espaciales comerciales, también conocido como turismo espacial. Entre las opciones a barajar, más allá de la NASA, ahora tenemos otras alternativas como Space X., de Elon Musk, Virgin Galactic, de Richard Branson, o Blue Origin de Jeff Bezos.
A pesar de que esa idea, por el momento utópica, del turismo espacial esté en vías de desarrollo, eso no ha impedido que las marcas entren en la acción futurista. Encontramos, en este sentido, anuncios como el de Miller, que lanzaba un Seltzer propio al espacio para su nueva campaña. Por no hablar de los hoteles espaciales, con la estación Voyager de Orbital Assembly Corporation y su construcción del primer hotel de este calibre para activarlo en 2027.
EL ESPACIO COMO NUEVA ESTRATEGIA DE MARKETING
La cosmética ha sido otro de los sectores que está orbitando esta nueva estrategia de marketing espacial. Estee Lauder, por ejemplo, contrató a la NASA para llevar 10 botellas de su Advanced Night Repair a la Estación Espacial Internacional, fotografiadas en el módulo de observación Cupola con el planeta Tierra como telón de fondo.
La NASA se ha erigido, asimismo, como el gran objetivo marketiniano para la moda, que firmas como Converse, AAPE o G-Shock han trasladado a su terreno. Desde luego, el futuro espacial está cada vez más cerca.
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