Leia es una PA (personal assistant) que parece -y solo parece- estar completamente sobrepasada por el comeback de la artista a quién asiste, la mismísima princesa del pop, Jocelyn, un juguete roto claramente inspirado en Britney Spears.
Para que os hagáis una idea, el personaje de Leia vive constantemente en vilo. En realidad, podría estar a las puertas de co-protagonizar desde la sombra uno de los momentos más icónicos de la historia reciente. Situaros un segundo en 2018, cuando Britney Spears contó que volvía a la música. ¿Os acordáis de aquel stunt en el desierto que fue live streamed en todo el mundo dónde se suponía que Britney iba a anunciar su próxima residencia en Las Vegas? Sí, ese día en el que la tía, ni corta ni perezosa, cansada de ser abusada y obligada a hacer cosas que no quería hacer, decidió salir ahí fuera, sonreír, no abrir la boca ni anunciar nada, y pasar de largo a ritmo de You Better Work Bitch -sin hacer nada ella de todo eso- dejando a todo el mundo atónito. El resto es ya historia (#FreeBritney).
Pues bien, si el personaje de Leia fuese real y fuese la verdadera asistente de Britney, Leia sería la única persona que sabía -antes que nadie- lo que Britney iba a hacer. Ella lo sabría y no se lo habría dicho a nadie. Después, lo hubiese usado para cancelar la residencia y hubiese dicho que eso era lo mejor. Pero el día de autos habría salido airosa y hubiese conseguido cumplir con todo el mundo y, lo más importante, hubiese conseguido cumplir el contrato con el promotor de la gira. Britney salió. Hizo lo que hizo, pero salió. Y de eso no hay duda.
Leia es el pegamento. El Super Glue. Una tía que tiene la sangre fría de sacarle la información que necesita a un maromo de dos metros irresistible antes que él le baje las bragas a ella. Cuando la tiene, es ella quien le arranca los calzoncillos a él para que le ponga mirando a cuenca. Rápida y veloz.
Leia juega a ser tonta, porque le conviene. Es parte de todas las conversaciones aunque no parezca estar en ninguna. Y lo utiliza cuando verdaderamente lo necesita. Leia es amiga también. Todavía le queda un ápice de humanidad. Y es ese cocktail de cosas lo que hace que las Leias de este mundo, desde la sombra, hagan que el planeta gire.
Atentos a la evolución de un personaje que posiblemente nos va a dar la vida en las próximas semanas. Eso sí, el único problema de las Leias es que son de aquellas que escuchan, ven, callan y actúan, sin que nadie se de cuenta. Como si nada hubiese pasado. Y al final, de manera natural y por exceso de información, acaban convirtiéndose en la versión malvada de Miranda Priestly, Meryl Streep en ‘El Diablo Viste de Prada’. ¿Será éste el caso? Ni idea, pero estaremos ahí para descubrirlo.
A modo de nota general; no os dejéis engañar por la forma. The idol es una serie pensada, escrita y hecha para las masas que coquetea de manera constante con recursos del cine de autor. Y no hay nada malo en eso. De hecho, eso ya viene de Euphoria, y nos encantó a todos. La serie, como toda ficción, simplifica, abusa de los tópicos y deja fuera elementos clave de una industria en apuros que -más que eso- es la mismísima jungla ahí fuera. Sam Levinson te lo da todo masticado. Para que todos lo disfrutemos.
En pocas palabras, The Idol es una serie hecha para el mainstream. Y, sí, el mainstream mola, y quien diga lo contrario, que se actualice.
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