El debut del diseñador para la colección SS19 de Louis Vuitton terminó con un abrazo que consiguió más titulares que la propia colección. Ahora que ha pasado un tiempo prudencial, podemos analizar con perspectiva uno de los momentos icónicos de la historia de la moda contemporánea: ese abrazo entre dos de las personas más influyentes del mundo, Virgil y Kanye.
Es normal que nos hayamos pasado días hablando de este gesto, teniendo en cuenta todo lo que significa: el reconocimiento del triunfo de dos amigos en el mundo de la moda tras una larga carrera que lleva consigo, además de lo personal, el triunfo de una nueva visión para la industria, más inclusiva y abierta a nuevas formas de aproximarse a la cultura.
Y es que la cultura -y sobre todo, Su Cultura– es algo inherente al trabajo del diseñador americano-ghanés, a la que hace referencia de forma constante. No en vano, estamos en un momento de la historia donde quizá, por primera vez, las personas de raza negra lideran la creación del arte moderno en occidente.
Beyoncé y Jay Z haciendo trap delante de la Mona Lisa. Kanye West ayudando a transformar a Kim Kardashian en una obra de arte de valor incalculable. Polifacética reina midas, Rihanna. Migos va por el segundo volumen de “Culture”. Virgil a la cabeza del sector del lujo en la moda.
Louis Vuitton SS19 | Full Show
Ellos son ahora la vanguardia de la creatividad moderna pero, ¿puede ser que esto esté distrayendo la atención de lo que realmente es relevante para los afroamericanos? Childish Gambino es un gran ejemplo de artista autoconsciente, capaz de poner en relieve la realidad y los problemas de su raza en todo lo que hace, aunque en ocasiones signifique cargar contra sí mismo –como en This Is America– o retratar con dureza ciertos aspectos de su cultura -como en su serie Atlanta-.
Entonces, ¿Virgil (@virgilabloh) es sólo otro caso más de “hombre exitoso hecho a sí mismo”? ¿O su arte autorreferencial, su carrera meteórica y su discurso individualista puede ser tan autoconsciente como la música de Donald Glover?
Es evidente que existe una dualidad entre el individualismo y el activismo en su discurso. Los invitados al show recibieron como regalo una camiseta, que según el propio diseñador es un guiño a sus principios con la máquina fotocopiadora en la oficina y a los principios en el mundo de la moda en general, donde las camisetas -puro streetwear- podían representar un sueño. También recibieron un diccionario con sus definiciones personales sobre terminología de moda, dejando claro así de dónde viene y a dónde va. Sólo él. Pero cabe destacar la intención puesta en el casting. Con un mapa que recogía los orígenes de los modelos y sus ascendientes (la mayoría de raza negra) que según Virgil hablaba del ADN viajero de la firma francesa.
Entonces, ¿Está Virgil usando Louis Vuitton como una plataforma para cambiar la industria desde dentro, o está Louis Vuitton utilizando la “persona” de Virgil para vender más a un nuevo público de millenials ricos que distan mucho de prestar atención a ninguno de los asuntos relevantes de los que venimos hablando? Y sobre todo, ¿Qué celebra la industria de la moda con su encumbramiento?
Louis Vuitton SS19 | Looks
Celebra la llegada de todas estas cuestiones –más interesantes quizá que la colección en sí– y es por eso que muchos titulares hablaban del abrazo en primer lugar. Porque, como en sus diseños, Virgil siempre pretende que dirijamos nuestros ojos hacia las cosas realmente esenciales. Así, el show se abría con 17 looks monocromo en blanco, y el diseñador declaraba que tomó esa decisión porque el color distraería la atención de las cosas sustanciales, como la artesanía, la silueta, el material o el detalle. Como el haz de luz blanca que choca contra un prisma descomponiéndose en los colores del arcoíris, los diseños que siguen van cobrando color, aumentando su saturación, mientras que mantienen las formas limpias y estoicas. Los accesorios aportan un carácter técnico y casi militar.
Asistimos a un desfile de ritmo constante que cierra con unas prendas que hacen referencia al mayor clásico de la cultura popular americana: el Mago de Oz. El show queda sellado por el abrazo del que hablábamos al principio de este artículo, y el momento pasa a convertirse así en un icono instantáneo de la celebración de la industria. La celebración de “Virgil Abloh”.
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