Incluso los no amantes del tenis sabrán que la escena de Wimbledon combina únicamente dos colores: el verde de la cancha y el blanco reluciente de la ropa. Te contamos el dress code del torneo de tenis más elegante del mundo.
Fuera de la pista
La tradición dice que el código de vestimenta es muy estricto en esta competición, pero realmente cada vez lo es menos. Sin embargo, en algunas zonas de la pista las reglas son más estrictas. En el Center Court, los asientos buenos, se recomienda vestir «elegante». Vestir elegante fue, hasta 2014, cosa de traje y corbata; ahora todo se ha relajado un poco y se puede ir con camisa e incluso con unos vaqueros. Lo que está prohibido son los jeans rotos, la ropa de deporte, las chanclas, calzado sucio, gorras con marcas, sombreros de ala ancha, camisetas de tirantes.
Lo que pueden llevar los miembros del All-England Club, entidad que organiza el torneo de tenis, es un traje con corbata o un blazer y un pantalón con corbata también. No hay forma de escapar. Los Royal Box, solo para nobles y celebridades invitadas, el traje es una obligación. De hecho, se popularizó la anécdota de Lewis Hamilton que, en 2015, y es que no pudo pasar al palco al que le habían invitado por llevar camiseta de flores y sombrero. «O te cambias o te vas», le dijeron. Y se fue.
Dentro de la pista
Según explica la historiadora y escritora Valerie Warren en su libro «Tennis Fashions: over 125 years of costume change», la implementación del color blanco se relacionaba con aspectos higiénicos. En 1880, fecha en la que se diseñó el reglamento, se consideraban impropias las manchas de sudor en las prendas y, para reducir su visibilidad, se decide utilizar el color blanco.
Wimbledon tiene un decálogo que explica cómo debe vestir un jugador. «Los competidores deben vestirse con un atuendo acorde para el tenis que es completamente blanco y esto se aplica desde el momento en el que jugador entra en los alrededores de la cancha». El código es blanco, blanco y más blanco. No hay salida. Vale algún logo o alguna línea siempre que no sobrepase un centímetro de tela.
¿Se rompe la tradición del blanco?
Tatiana Golovin, en 2007, fue transgresora. Se presentó a sus dos partidos en Wimbledon con un ‘culotte’ rojo bajo la falda, algo nunca visto hasta la fecha y que quebrantaba una de las costumbres más antiguas de Wimbledon y ponía al torneo en jaque. Esto fue un punto de no retorno que cuestionó las estrictas normas de vestimenta de Wimbledon que no favorecían al rendimiento de las mujeres cuando estás les llegaba la menstruación.
Ahora el comité ha decidido escuchar a las tenistas y modificar el código: «Cualquier ropa interior que sea o pueda ser visible durante el juego (incluso debido a la transpiración) también debe ser completamente blanca, excepto por un solo borde de color que no sea más ancho que un centímetro (10 mm), excepto las jugadoras, a las que se les permite usar ropa sólida, calzoncillos interiores de color medio/oscuro, siempre que no sean más largos que los pantalones cortos o la falda».
Desde sus inicios, el torneo había revisado su código varias veces, aunque siempre para tornarlo más estricto frente a aquellos que ponían adornos coloridos a sus atuendos, como el caso de las zapatillas con suela naranja de Roger Federer en 2013. No obstante, este cambio es histórico porque se trata de la primera vez que el comité laxa sus normas de indumentaria con una pequeña modificación que favorece a la igualdad de rendimiento entre las tenistas mujeres.
Carlos Alcaraz gana el campeonato de Wimbledon a sus 20 años.
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