La maison Celine ha superado los 2.000 millones de euros de ingresos anuales debido a la glorificación impulsada por Hedi Slimane y su poder de la consistencia.
El gran desfile de moda-concierto de la marca en LA marcó un antes y un después en la historia de CELINE, eternizando su herencia junto a amigos de la casa como Iggy Pop o The Strokes. Ellos fueron los que le pusieron la banda sonora a su “indieness era” mediante un concierto triunfal sincronizado en esencia y espíritu con los looks de la época mediante esa estética marcada del «indie sleaze», entre vaqueros ajustados a la rodilla, corbatas o blusas con volantes.
Las ventas de Celine se han multiplicado por 2,5 desde la llegada de Slimane, con un crecimiento en todas las categorías y regiones. Además, los analistas prevén un beneficio anual de 2.200 millones de euros para 2023, según reveló Celine a BoF. En este sentido, en el mercado europeo y japonés las ventas se han duplicado, y en EEUU se han triplicado, con un target expansivo hacia el espectro juvenil.
EL PODER DE LA COHERENCIA
Slimane ha conseguido llevar a Celine a lo más alto por su discurso coherente y por la definición de su estética. Y es que, se ha convertido en una representación vívida del punk rock e «indieness» en la moda, más allá de su vinculación con la androginia con la que lleva desfilando desde hace más de 20 años.
Así, tras un período decadente inducido por la pandemia, el diseñador resucitó la marca con un 78% el año pasado, generando 728 millones de euros. Tanto la coherencia como la estabilidad han sido los dos factores clave que han canalizado esa ascensión, sobre la que el propio director creativo incidió en una entrevista con Lizzy Goodman: «Sólo se puede ser una cosa y sólo se puede querer ser una cosa o ser recordado por una cosa… sólo se puede tener la suerte de tener un estilo, un estilo propio que se convierte en una caricatura de uno mismo, un ‘sonido’ propio.”
Al fin y al cabo, la obra de Slimane en Celine ha fortificado esa estabilidad equilibrando la parte artística y/o creativa con la comercial. Véase en el hecho de transformar piezas cotidianas o clásicas como unos jeans, una gabardina o unas botas sin deseo, en algo codiciado y atractivo. Un arte con el que ha ido más allá, llevando su colección de alta perfumería al éxito, e incluso introduciendo conceptos como un servicio de bolsos de cocodrilo a medida con incrustaciones, o una producción de vestidos de alta costura hechos a medida.
UNA CONEXIÓN ENTRE EL PASADO Y EL PRESENTE
Hedi Slimane ha conseguido generar esa continuidad entre otras incursiones artísticas o creativas de diseñadores pasados como Michael Kors o Phoebe Philo, o esa esencia de archivo con la que conecta el pasado con el presente de la marca. Algo que ha reflejado en su línea Triomphe, también incluyendo piezas de los archivos actuales acentuadas por apliques metálicos y la unión de los dos logos de la marca.
Aún manteniendo todos esos códigos pasados, que ya son para siempre, las piezas del diseñador francés danzan ahora entre lo cotidiano y lo juvenil, entre la tradición y la contemporaneidad: desde sudaderas vaqueras o con capucha de mohair, teddies de lana o chaquetas de cuero, hasta trajes de sastrería mucho más sofisticados. Toda una propuesta de rebranding atemporal y representativa con la que el diseñador ha hecho renacer y encumbrar la maison CELINE.
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