La masturbación es un acto tan antiguo como el origen de la humanidad, sin embargo, las creencias sobre esta práctica han ido evolucionando a lo largo de la historia. Desde pinturas rupestres que dejaban entrever los indicios de la masturbación, hasta el futuro de la IA en el sexo, te contamos cómo ha ido evolucionando el acto de estimular los órganos sexuales.
Como la mayoría de lectores ya sabréis, la masturbación consiste en la estimulación de los órganos sexuales o zona erógenas, con la mano u otro elemento, para proporcionar placer sexual. Durante mucho tiempo ha sido tratada como un tabú, pero los expertos aseguran que, además de proporcionar una sensación placentera, aporta numerosos beneficios para la salud.
Al liberar endorfinas, que son los químicos que en tu cerebro te hacen sentir bien, la masturbación puede reducir el estrés y mejorar tu autoestima, ya que permite conocerse mejor a uno mismo, además de mejorar la circulación y ayudarte a conciliar el sueño. Sin embargo, como todo en la vida, hay personas que no sienten placer al masturbarse y es totalmente válido.
La historia de la masturbación describe amplios cambios en la sociedad con respecto a la ética, las actitudes sociales, el estudio científico y su representación artística a lo largo de la historia de la sexualidad. Con este artículo, repasaremos el origen de la masturbación, en qué plano se encuentra en la actualidad y ofreceremos una previsión de futuro sobre esta práctica.
La masturbación a lo largo de la historia: echando la mirada atrás
Aunque no existen registros oficiales sobre esta práctica en la prehistoria, se han encontrado consoladores o dildos de piedra en una excavación de la cueva de Hohle Fels (Alemania); también se encontraron figuras de arcilla que parecen representar a una mujer masturbándose en el templo megalítico de Hagar Qim (isla de Malta); Según la mitología de los antiguos egipcios, el dios Atum “copulaba con su puño” para fertilizarse a sí mismo y crear la Vía Láctea.
En la antigua Grecia, la masturbación se consideraba una actividad normal y saludable, sobre todo para los hombres jóvenes. Era una forma de liberar la tensión sexual y de ayudar a los jóvenes a conocer su cuerpo como preparación para el matrimonio. De hecho, Aristóteles creía que el placer era una parte necesaria y natural de la vida: el objetivo de todas las actividades humanas.
Sin embargo, también creía en la moderación, el equilibrio y que demasiado placer podía conducir al exceso y a la decadencia moral. En cambio, los antiguos romanos tenían una visión más negativa de la masturbación: creían que en exceso podía provocar problemas de salud tanto física como mental y que era un signo de debilidad o falta de autocontrol. Se asociaba, a menudo, con los esclavos y otras personas menos pudientes, llegando a considerarse inmoral.
Las razones específicas que han generado un tabú en torno a la masturbación durante siglos variaban en función de la cultura y la época. En las culturas judeocristianas, por ejemplo, se consideraba un pecado, ya que se creía que iba en contra del mandamiento bíblico de «fructificad y multiplicaos». En la Europa del siglo XIX, las actitudes hacia la masturbación se volvieron más negativas, debido a la influencia de los códigos de conducta religiosos y morales y a las opiniones conservadoras de la reina Victoria de Inglaterra.
En el siglo XIX, los médicos solían tratar la histeria femenina acariciando manualmente el clítoris de las pacientes hasta que alcanzaban el orgasmo. La práctica del masaje pélvico requería mucho tiempo y esfuerzo físico por parte de los médicos y, con el tiempo, condujo al desarrollo de dispositivos mecánicos que podían reproducir esa estimulación.
Aunque recientemente se han encontrado objetos romanos más rudimentarios para la masturbación, el primer juguete sexual mecánico o vibrador fue inventado a finales del siglo XIX por un médico británico llamado Joseph Mortimer Granville, que diseñó un aparato de vapor llamado «Martillo de Granville». La invención del vibrador revolucionó el “tratamiento” de la histeria femenina, haciéndolo más rápido y eficaz. También condujo al desarrollo de vibradores personales para uso doméstico.
Las teorías psicoanalíticas de principios del siglo XX también contribuyeron a crear un tabú en torno a la masturbación. Sigmund Freud y otros psicólogos sugirieron que esta práctica podía provocar diversos problemas de salud mental, como neurosis y psicosis. Una de las ideas más controvertidas de Freud fue el concepto de «envidia del pene», que sugería que las mujeres eran intrínsecamente inferiores a los hombres porque no tenían pene.
Freud también creía que la sexualidad femenina centrada en el clítoris era inmadura e infantil y que, finalmente, las mujeres acabarían superando el placer del clítoris y desarrollarían una forma madura de sexualidad centrada en el coito vaginal con una pareja masculina. Esto, por supuesto, fue finalmente desacreditado por la investigación sexual moderna.
Desestigmatización de la masturbación: nuestro presente
En el siglo XXI, el concepto de masturbación se ha aceptado y desestigmatizado en muchas partes del mundo. Las actitudes hacia la masturbación han cambiado y ahora se considera una parte sana y normal de la sexualidad humana. Uno de los principales cambios ha llegado con el aumento de la concienciación y la educación en materia de salud y bienestar sexual.
Con el auge de Internet y las redes sociales, las personas tienen más acceso que nunca a información y consejos sobre la masturbación y la salud sexual. Esto ha llevado a una mayor concienciación y comprensión de los beneficios y riesgos de la masturbación, así como a una mayor variedad de actitudes y creencias sobre esta práctica.
Otro cambio ha sido el reconocimiento de esta práctica como una forma de autocuidado y amor propio. Este cambio de perspectiva ha llevado a una mayor apertura y aceptación de la masturbación como un aspecto positivo de la sexualidad humana. Los juguetes eróticos también han desempeñado un papel importante para que se hable más de la masturbación en la esfera pública.
¿IA en el sexo?: el futuro de la masturbación
Aunque es difícil predecir con exactitud lo que nos deparará el futuro, está claro que aún queda mucho espacio para la innovación en el ámbito de la masturbación. Los avances tecnológicos, como las herramientas interactivas sensoriales, la realidad virtual y la inteligencia artificial, pueden revolucionar nuestra forma de abordar y experimentar la masturbación. Los juguetes sexuales de alta tecnología, que pueden controlarse a distancia o responder a órdenes de voz, podrían aumentar enormemente el placer y la espontaneidad de la intimidad de las experiencias sexuales en solitario.
La tecnología de realidad virtual podría recrear entornos inmersivos e interactivos para la masturbación, permitiendo a los usuarios explorar sus deseos en un espacio seguro y controlado. Esto será especialmente útil para aquellos que luchan contra la ansiedad y la timidez relacionadas con el placer sexual. La IA también podría contribuir a mejorar las experiencias sexuales a solas proporcionando sugerencias y recomendaciones personalizadas. Sin embargo, no sabemos si podría llevar al aislamiento.
“Los dispositivos de bienestar sexual se están utilizando como herramientas médicas, con nuevos avances en las tecnologías portátiles capaces de determinar biomarcadores como la variabilidad de la frecuencia cardíaca, la temperatura y las contracciones musculares”, comenta Megwyn White, directora de Educación de Satisfyer y sexóloga clínica certificada. “Además, la integración de tecnologías como la fototerapia, ha demostrado su eficacia en el tratamiento de diversas disfunciones sexuales, como la sequedad vaginal y el dolor durante el coito”.
La evolución del sexo anal: cómo se ha promovido su práctica.
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